Por mucho que desee ir en contra, sin embargo, otro día viene y tengo que levantarme para ir a la escuela. Tenía la esperanza de que él me dejaría en paz, pero en el almuerzo lo veo de nuevo viniendo hacia mi rincón. El hambre prevalece sobre el miedo, ya que no tuve cena de nuevo ayer por la noche, y me enrosco protectoramente sobre mi bandeja cuando lo veo venir.
En lugar de mirarme directamente o venir en mi camino, simplemente se detiene en la mesa y se sienta. Los pocos estudiantes que están reunidos en la mesa, lo miran como si una serpiente se hubiera sentado con ellos. Observo, mi cuerpo todavía encorvado protectoramente sobre mi bandeja mientras coloca su servilleta sobre su regazo, se asegura de saludar a cada persona sentada ahí, presentándose a sí mismo como si cada uno de ellos no fuera consciente a sobremanera de quién es él.
Habría que estar ciego o sordo para no saber quién es Nicholas Jonas. Él definitivamente no ha perdido su capacidad para atraer a otros a sí mismo sin siquiera intentarlo. A los pocos días de su regreso a la escuela, se había vuelto popular, buscado como antes, por los chicos para ser su amigo, y por todas las tontas, desmayadas chicas para ser mucho más. Después de un momento de silencio, reanudaron sus conversaciones, ignorándolo principalmente, pero mirándolo ocasionalmente como si se preguntaran por qué estaba él ahí.
Un par de amigos de Nick pasearon cerca, mirando a los que estaban ya sentados, y luego mirando a Nick para evaluar cuáles deberían ser sus reacciones. Él presentó a sus amigos a los “perdedores”, sorprendentemente recordando sus nombres. Sus amigos sólo asintieron, sentándose y procediendo a ignorar a los otros como si no estuviera ahí.
Los otros parecieron intimidados por unos minutos, cambiando de posición incómodamente y preguntándose si deberían moverse. Finalmente, decidieron hacer lo mismo e ignorar a Nick y sus amigos. Observo todo esto con asombro y recelo. ¿Qué está haciendo? Cuando no mira en mi dirección, finalmente alivio mi postura encorvada y comienzo a comer. No quito mis ojos de él, sin embargo. Sigo preguntándome qué es lo que se trae entre manos, pero no he comido nada desde mi medio abandonado almuerzo de ayer. En realidad, me estoy sintiendo un poco débil por mi falta de alimento y eso me da el impulso que necesito para comer, a pesar de su proximidad.
En Fotografía, lo ignoro con esmero, volviendo a mi antigua forma de sentarme al borde de mi asiento, negándome a permitir que incluso mis ojos paseen por sus manos. Él ha dicho “hola” cuando se sentó, pero siento la tensión emanando de él, lo que me pone nerviosa.
Una nueva rutina comienza con él, sentándose en la misma mesa de almuerzo cada día, la mesa está ahora sólo medio llena con los “perdedores” y la otra mitad con los amigos de Nick, tanto como los primeros dos de la primera vez y añadiéndose más cada día, cada mitad ignorando a la otra, pero buscando una extraña especie de camaradería incómoda. Ésta nueva práctica me pone rígida de ansiedad. Considero el cambiar el lugar donde me siento, pero tengo la sensación de que él me seguirá de todos modos. Sólo no puedo averiguar por qué.
Pasamos una semana más sin incidentes, mi aprehensión disminuye un poco, cuando algo extraordinaria sucede. Un chico que ha sido uno de mis peores verdugos, a través de ambas, escuela secundaria y preparatoria, entra al comedor. Mi estómago se aprieta con miedo.
Usualmente, Justin y sus amigos dejan la escuela para almorzar. Cuando se quedan es para un propósito, y ese propósito es por lo general, por mí. Me estremezco al pensar en las veces en que me he visto obligada a tirar mi almuerzo ya sea porque él escupió o dejó caer algo en mi comida (una vez fue una pequeña pepita de excremento de perro), o tratar de comer alrededor de eso. Le da una gran alegría mi humillación y supongo que con el tiempo ha comenzado a extrañar mi ardiente vergüenza.
Hoy es la primera vez de éste año que se lo ha perdido, aparentemente. Lo veo inmediatamente en la zona en donde me siento, con una sonrisa dividiendo su rostro. Mis ojos vuelan al instante hacia Nick, quien está envuelto escuchando una historia que es contada por uno de sus amigos.
Oh, por favor... ruego silenciosamente, no le dejes ver esto. No estoy segura de si quiero que se mantenga ajeno con el fin de evitar que consiga una nueva idea para afligirme, o si simplemente no quiero que vea mi degradación.
Miro de nuevo a mi verdugo frenéticamente, sabiendo por experiencia propia que tratar de proteger mi comida sólo logrará que empuje la bandeja hacia mí, y luego tener que pasar el día caminando avergonzada en vano, con la parte delantera de mi camisa manchada con los restos de mi almuerzo.
Siento los ojos de Nick sobre mí y mi mirada es atraída hacia la de él en contra de mi voluntad. Su ceño está fruncido, como si tratara de averiguar qué es lo que pasa. No puedo mantener mis ojos en un sólo lugar, sin embargo, mi mirada alternando entre ellos dos. Él sigue mi mirada hacia mi verdugo, y de regreso hacia mí.
Veo cómo comienza a entender, pero en lugar de la anticipación que espero ver cuando lo averigüe, veo su rostro endurecerse, ira oscureciendo sus ojos, apretando la mandíbula. Asumo de inmediato que su ira es por mí, como si estuviera siendo condicionada por el resto de mi vida, me estremezco y mantengo mis ojos en él, sabiendo que es el peligro más inmediato. Se pone de pie bruscamente, haciendo que cada persona de su mesa e incluso algunas de las mesas cercanas detengan sus conversaciones inmediatamente y miren hacia él. Me estremezco instintivamente. Pero en lugar de venir hacia mí, se vuelve y se para frente a Justin, bloqueando su progreso hacia mí.
Se pone de pie bruscamente, haciendo que cada persona de su mesa e incluso algunas de las mesas cercanas detengan sus conversaciones inmediatamente y miren hacia él. Me estremezco instintivamente. Pero en lugar de venir hacia mí, se vuelve y se para frente a Justin, bloqueando su progreso hacia mí.
—¿Puedo ayudarte? —Sus palabras resuenan con furia. Lo escucho claramentedesde donde estoy sentada, pero de alguna manera Justin no lo registra, quien sonríe seguro de sí mismo.
—No hombre, estoy bien.
Da un paso más, y de repente Nick sujeta con una gran mano su hombro. Nick es al menos seis pulgadas más alto que Justin, y no deja caer su mano suavemente, sino más bien, la deja caer como una piedra.
Justin mira a Nick y de repente se da cuenta de su mandíbula apretada. Duda por sólo un segundo, con cautela arrastrándose sobre su rostro, para ser sustituida por una sonrisa arrogante cuando se da cuenta de que sus amigos están observando.
—¿Puedo ayudarte? —Justin pregunta sarcásticamente, lo que provoca una carcajada de sus propios amigos.
—No creo que haya nada para ti en este lugar —le gruñe Nick, asustándome. Justin da un ligero paso hacia atrás, mirando nerviosamente por encima de su hombro, tratando de conservar su arrogancia—. Creo que tú y tus amigos― prosigue con determinación —Deberían seguir adelante. No creo que éste sea un lugar ti ahora, o en cualquier momento en el futuro para el caso.
Justin traga nerviosamente, levantando sus manos en redención con una risa que tratando de sonar descuidada, que sale sonando como con pánico. Lanza una mirada perpleja hacia mí sobre el impresionantemente voluminoso brazo de Nick. —Muy bien hombre, sin daño no hay falta, ¿verdad?
Nick aún no ha retirado su mano del hombro de Justin y veo cómo lo aprieta, causando que Justin se estremezca ligeramente.
—Hoy no, de todos modos —Nick gruñe amenazadoramente, mirando hacia mí—, pero probablemente me refiero al pasado. —Se inclina hacia adelante, poniendo su rostro cerca al de Justin —Ya no más, tampoco, ¿Entendido?
Justin da una risa irregular. —Estás bromeando ¿verdad amigo? ¿Estás protegiéndola? —escupe como si yo fuera menos que un insecto. Puedo ver como sus amigos se molestan detrás de él, ofendidos de estar apartados de su diversión.
Entonces, sorprendentemente, algunos de los amigos de Nick se ponen de pie, de los del tipo de grandes jugadores de futbol, claramente no entendiendo qué está pasando, pero dispuestos a respaldar a Nick de todos modos. No se mueven de donde están parados junto a la mesa, pero los amigos de Justin de inmediato se retiran.
Lo mismo sucede con Justin, alejándose del agarre de Nick. Sus ojos se precipitan hacia mí, y en esa breve mirada veo la promesa de algo peor. Con la misma rapidez mira de nuevo a Nick, con el rostro cuidadosamente en blanco mientras se da la vuelta y se aleja, tratando de retomar su descuidado pavoneo, pero fallando al menos un poco.
Los amigos de Nick vuelven a sentarse, murmurando sobre los gamberros, y los otros chicos en la mesa lucen un poco impresionados por la escena que acaban de ver, que alguien quien es considerado más genial que ellos, ha sido rebajado por ésos chicos, mientras les permiten compartir la mesa del almuerzo. Un par de ellos me disparan miradas confusas, preguntándose qué hay en mí para poder haberme ganado tal defensa.
Observo esto con mi visión periférica, mientras miro fijamente a Nick, impresionada. Él se vuelve hacia mí, y me mira de igual forma, con una expresión en sus ojos que no puedo descifrar. No parece estar enojado conmigo, a pesar de que su respiración sigue acelerada. Mientras observo, toma un par de respiraciones profundas, relajando su boca de la ira sombría, aflojando sus puños. Asiente tensamente hacia mí, volviendo a su lugar en la mesa.( ella es tan fhdsflkdsaj :c)
Ya no tengo hambre, pero no me muevo de mi lugar, mirando abiertamente a Nick. No puedo evitarlo. Casi pareció como si... me hubiera... protegido, como Justin dijo. Pero... ¿por qué él haría eso? Estoy confusa, perpleja. Un par de veces me da miradas ocultas, y en ésas, no puedo más que reunir una razón para que me broten alas y vuele a la luna.
Por primera vez en todo el año, me paso toda la tarde esperando por la clase de fotografía. No puedo sacar de mi mente el drama del almuerzo. No importa cómo vea la situación, sigue pareciendo como si se hubiera puesto de pie por mí.
¿Por qué?
Cuando él entra al salón de clases, lo miro directamente, tratando de leer su rostro. Se detiene junto a la mesa cuando ve mi mirada interrogante, mirándome con la misma expresión ilegible que le vi antes. Un sonrojo se arrastra hasta sus mejillas, y mira hacia otro lado, apretando la mandíbula. Me da otro asentimiento tenso, por primera vez sin decirme
“hola” y de repente lo entiendo.
Está molesto y avergonzado por haber tenido que defenderme, y en frente de no sólo de sus amigos, sino también de otros estudiantes, entre los cuáles la historia se ha extendido como pólvora. Lo he escuchado de otros cuando no sabían que podía oír, y la gente ha estado mirándome como si trataran de averiguar algo. Ahora obviamente, él se lamenta haberlo hecho.
Las lágrimas pinchan la parte posterior de mis ojos mientras bajo mi cabeza hacia el escritorio. Por sólo un pequeño momento, había sentido la alegría de tener un ángel guardián, tener a alguien que no permitiría a alguien más ser malo conmigo. Ese par de horas de sentir esa seguridad, sólo lo hizo más doloroso al haberme sido arrebatado. Tan pronto como suena la campana, me apresuro a recoger mis libros, lista para escapar.
Siento una mano atrapando mi brazo. Calor fluye desde el punto de contacto mientras permanezco quieta, mirando fijamente la mano que sostiene ahora firmemente mi brazo. La misma mano que he estudiado tanto, con la ligera cicatriz en el dorso. Su agarre es sólido, y sin embargo, lo suficientemente suave para saber que podría romper fácilmente el contacto.
—Miley—Nick dice suavemente, y mi corazón se tambalea ante el sonido de mi nombre saliendo de su boca—. Por favor, quiero decirte...
No quiero esperar a escuchar lo que quiere decir. Corro, empujando a los otros estudiantes en la puerta. Algunos me empujan mientras paso, pero me las arreglo para mantener el equilibrio.
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