lunes, 10 de junio de 2013

Acheron - Cap: 51


Nick negó con la cabeza, no envidiaba el papel de ese hombre. Por malos que fuesen los dioses, odiaban lidiar con la fuente primigenia y mientras los inmortales eran odiosos, no podían cargar con la clase de poder que un demonio hacia y como regla, no eran tan... impulsivos.
No es que algo de eso le importara en este momento. Lo único que había en su mente era Miley y los bastardos que querían matarla.

Ellos estaban aun por ahí. Maldición, se había visto envuelto en tantas cosas que había olvidado el hecho de que la Atlantikoinonia estaba tras ella. Tenía que regresar al hospital y protegerla.
Estaba transportándose cuando recordó que tenía que hablar con Simi. Estaba recostada en el suelo, a solas, con el teléfono celular en la mano, lista para comprar.
—¿Sim?
No le miró.
—Ahora no, akri, Kirk’s Folly está a punto de aparecer.
Apagó la televisión con sus poderes, haciéndola gruñir en protesta.
—No molestes a Jaden de nuevo.
Ella lo miró e hizo un mohín.
—Pero Xirena dice que puede darle a Simi todo lo que ella desee. Todo lo que la Simi tiene que hacer es decirle lo que intercambiará, así no le costara dinero a akri, así que le ofrecí mis botas, pero él dijo, no Simi. No me gustan, no, Simi.
Nick frotó su cabeza.
—No escuches a Xirena, Sim. Escucha a tu akri. Cárgalo  la tarjeta como siempre y no negocies con Jaden para nada. Nunca.
Ella le lanzó una sonrisa infantil.
—Bien. ¿Podemos tener televisión ahora?
La encendió de nuevo.
Ella volvió a ignorarlo.
Esperando que pudiera estar sin causar problemas los próximos días, regresó al hospital. Pam ahora estaba en la sala de espera donde él había estado más temprano.
—¿Alguna novedad? —Preguntó.
—Todavía no. Kim fue a ver si se enteraba de algo —examinó su cuerpo que ahora estaba cubierto un abrigo largo, una sudadera gris y una blusa negra con jeans—.  No pareces tan cercano a la muerte como Kim dijo.

El se encogió de hombros mientras elevaba sus mangas sobre sus brazos.
—Una ducha hace maravillas en el cuerpo.
—Eso me han dicho.
Nick se sentó junto a ella, su corazón realmente pesado mientras esperaban y esperaban sin novedad alguna. Kim se les unió y después de lo que pareció una eternidad, un doctor salió a hablar con ellos.
—¿Cómo esta? —Preguntó Kim antes de que él tuviera una oportunidad.
—Increíblemente fuerte y con mucha suerte de haber llegado aquí tan rápido como lo hizo. Su brazo estaba dañado pero pudimos reducir la fractura. A menos que coja una infección rara, estará como nueva.
Nick dejó salir un  profundo suspiro de alivio.
—¿Podemos verla? —preguntó Pam.
—Todavía está en recuperación, pero la tendremos fuera en menos de una hora. Entonces podréis verla.
Kim tomó la mano del hombre.
—Gracias Phil.
—Ni lo menciones.
Mientras el doctor se alejaba, Nick se giró a Kim.
—Como estará aquí unos días, tengo algo que deciros.
El rostro de Kim palideció.
—Oh dios, eres un asesino en serie ¿Cierto?
Su lógica lo dejó perplejo.
—¿Qué?
—Verás, esto es lo que pasa —dijo Kim a Pam antes de volverse hacia Nick—. Eres demasiado perfecto lo cual significa que probablemente eres Dexter ¿Cierto? Escondiendo cuerpos en algún lugar extraño. Probablemente tienes el cuerpo apuñalado de tu madre guardado en el armario.
Nick negó con la cabeza.
—No, al menos no esta semana —se detuvo mientras esperaba estar haciendo lo correcto diciéndoles lo que realmente había pasado esa tarde—. No solo caímos. Nos sacaron de la carretera.
Pam entrecerró los ojos.
—¿Que dices?
—Alguien estaba tratando de matarnos. La noche anterior su amigo Dimitri fue asesinado en Grecia y su casa registrada. Uno de sus colaboradores debió encontrar algo significativo y alguien más lo quiere lo suficiente como para matar por ello. Creo que Miley no debería quedarse sola hasta que sepamos algo más. Los hombres que nos perseguían, podrían aparecer por aquí fácilmente.
Pam palideció.
—¿Podemos ponerle seguridad?
Kim negó con la cabeza
—La policía no hará nada sin pruebas concretas.
—Puedo cuidarla —dijo Nick—, pero quiero que sepáis que si no estoy aquí tiene que haber alguien más. No puede quedarse sola.
Pam asintió conforme.
—No te preocupes. Soy una experta en cualquier tipo de conspiraciones.
—Y sabiendo eso —dijo Kim retirándose—, voy a pasar por la sala de recuperación y vigilarla solo para hacernos felices.
—Gracias.
Kim palmeó su brazo.
—Ningún problema, estaré en contacto.

Aun así, Nick no respiró cómodamente hasta que Miley estuvo a su lado en una habitación privada.
Estaba conectada a muchos monitores y medicaciones intravenosas. Su rostro estaba tan pálido que lo asustó y odiaba esa sensación. También era extraño verla sin sus gafas puestas.
Apartándole el cabello de la frente, sonrió ante su belleza. No de una manera clásica, honestamente no se parecía en nada a Artemisa en su apariencia, pero había algo en ella que incluso mientras estaba inconsciente relucía. Su espíritu y su empuje. Incluso podía escucharla insultándolo.
Pensé que sabias como montar en moto. Bah, no puedo creer que resbalaras y perdieras el control de esa manera.

Casi podía reír ante sus afilados comentarios imaginarios mientras la tomaba por dejar que la lastimaran.
Su mirada cayó sobre su mano. Levantándola estudio los detalles de ella. Sus dedos eran largos, delgados y gráciles. El tipo de manos que estaban hechas para acariciar y mimar. Dedos que estaban hechos para lamer y mordisquear. Antes de poderlo pensar mejor, sostuvo la mano contra su mejilla y saboreó la suave sensación de su piel. Toda su vida había rogado por un toque amoroso. Uno que no fuera egoísta o que lo dañara.

La única que lo había tocado de esa manera había sido Demi, pero incluso ella había sido tacaña. En parte había sido por su propia culpa. Tantos años de ser abofeteado, golpeado y herido lo habían condicionado a tensarse cuando alguien se acercaba a su rostro. Incluso ahora, no le gustaba que nadie lo tocara y aún así lo deseaba.
Soy un psicótico.

No, no realmente. Quería lo que no conocía y no sabía cómo obtener lo que quería. Era tan simple y tan difícil.
Pero mientras sostenía la mano contra su mejilla, la imaginó despierta, tocándolo. Su pe/ne se endureció con necesidad y su corazón se rompió con la realidad de que no podría estar nunca con alguien como ella.
Estaba unido por siempre a Artemisa. Atado a un destino del que no quería ser parte. Atrapado entre su madre y una diosa que proclamaba ser su dueña. Lo que deseaba era un solo día de libertad para ser un hombre normal que pudiera tomar decisiones que sólo afectaran a su propia vida. Un día para reír y relajarse.

Y las personas en el infierno quieren agua fría.
Los deseos no eran mágicos y su vida era lo que era. Todos los deseos del mundo no cambiarían eso. Suspirando colocó su mano de regreso a la cama junto a ella.
Lo que estaba a punto de hacer estaba mal y lo sabía. Trato de racionalizarlo diciendo que iba a sanar de todas maneras... a menos que contrajera una infección y… ¿Cuáles eran las probabilidades de que tuviera una infección? Era joven y saludable. Solo estaba adelantando el proceso para que no estuviera atada al hospital en caso de que los hombres que la cazaban vinieran.

Si se suponía que tenía que morir, si tenía que morir...
Entonces estaría muerta y su sanación no importaría.
—No estoy jugando con el destino. Solo estoy sanándola —mientras alcanzaba a tocar su pecho, recordó las veces que deseó morir y que lo habían evitado.

La vez que había muerto y Artemisa lo había engañado para que tomara su sangre y volviera.
Pero era diferente.
Sí, era realmente diferente. Artemisa había salvado al mundo regresándolo. Despertando a Mileyél podría terminarlo.

Aun así, no podía detenerse a sí mismo de hacerlo.
Dando la oportunidad de conocer mejor lo que arriesgaba, tocó el valle entre sus pechos y dejó que la energía de la vida flotara de su cuerpo al suyo. Los monitores sonaron un poco antes de que Miley suspirara.
Nick retiró la mano en el mismo instante en que ella abría los ojos y lo miraba.

Miley yacía confusa mientras veía a Nick parado junto a ella. Con sus gafas de sol puestas, no podía adivinar su humor. Todo su cuerpo estaba dolorido y no podía imaginarse donde estaba.
—¿Me golpeaste?
Nick le dio una sonrisa torcida.
—¿Por qué habría de golpearte?
Tenía razón. Y mientras trataba de orientarse, una vaga imagen pasó por su mente... era Nick sosteniéndola. No te atrevas a morirte en mis brazos ¡Miley! Esas palabras enfadadas le trajeron inmediatamente un flujo de recuerdos mientras recordaba a los hombres que los perseguían.
—Te dispararon —dijo buscando sus heridas.
—No. Fallaron.

Mileyfrunció el ceño. El hombre que le había disparado tenía casi un rango de disparo perfecto. ¿Cómo podría haber fallado? Y cuando vio la motocicleta en su mente recordó deslizarse sobre la calle.
—¿Dónde aprendiste a montar en moto de todas maneras? ¿En la compañía de desastres?
Nick rió.
—Sabía que me insultarías cuando despertaras.
No estaba emocionada.
—¿Qué pasó para que nos tiraran?
—Uno de los coches nos golpeó la rueda.
—¿Y vivimos?
El asintió.
—Vivimos.
—¿Seguro?
—Eso creo.
—Bien, tienes razón —miró alrededor del cuarto de hospital que no era mucho más que un manchón de luces y sombras sin sus lentes—. No creo que tuviese tanto dolor si hubiéramos muerto. Sin mencionar que si estoy tan ciega tengo que reclamar algo con los altos mandos.

Nick la miró fijamente con incredulidad. ¿Cómo podía estar haciendo bromas acerca de lo que había pasado?
—Creo que dejaste tus gafas bajo el coche que nos golpeó.
—Imagínate. Solo estoy feliz de que no me dejaras aquí también, para ser honesta, mis costillas se sienten como si el coche estuviera todavía estacionado encima de mí.
Nick no dijo nada porque sus piernas estaban igual
—Dios mío. ¿Estás despierta?
Nick se retiró mientras Kim entraba y corría hacia la cama para abrazar a su amiga. Siempre se sorprendía por ese tipo de amistad y amor. A través de su historia, lo había atestiguado pero nunca lo había sentido realmente. La tenía gente en la cual podía confiar. Gente que llamaba amigos pero ninguno de ellos; ni siquiera Alexion; estaba al tanto de cómo era en realidad. Ninguno conocía sus pensamientos y como era su pasado, eso ciertamente nadie lo sabía.

Era un fantasma que caminaba por la vida observándola, deseando tomar parte, pero demasiado temeroso de arriesgarse a ser herido para alcanzarlo. No había duda de por qué él y Jaden se llevaban tan bien. Estaban acorazados hasta el punto de estar huecos por dentro.
Y aprendió durante su etapa de humano que nada podía llenar el amplio hueco, que no tenía fin y que consumía cualquier cosa que trataba de colocar ahí.
Miley tenía una extraña sensación que la recorría mientras recordaba algo más del accidente.

Nick había sido golpeado por el coche...
Soltando a Kim, lo miró y no vio heridas en su cuerpo. Ni siquiera un moretón. Sin embargo ella recordaba claramente la última cosa que había visto antes de desmayarse.
Nick siendo atropellado. Completamente atropellado. Había aguantado porque hasta ese momento no había sentido dolor, deslizándose en la calle. Entonces al instante en que el carro lo golpeó el dolor se había colado en ella y el último pensamiento que pasó por su mente era que lo había visto morir.

Te estás imaginando cosas. Es el shock del accidente.
¿O no lo era?
¿Qué estás diciendo, Miley? ¿Que el hombre es inmortal?
¿Cómo de est/úpida podía ser una mujer? Él no era inmortal de cualquier manera. Ella tenía una imaginación hiperactiva y estaba jugando de nuevo.
—Nick dijo que alguien los había sacado intencionadamente del camino.
Parpadeó ante el comentario de Kim.
—Sí, lo hicieron.
—¿Entonces, chicos que van a hacer?
Miró a Nick que aparentemente la estaba observando.
—¿Qué vamos a hacer?
—No sé tú, pero mi plan es simple. Encontrar a los bastardos y matarlos.
—¿Por qué te escondes del mundo?
—No me escondo de nada.
—Sí que te escondes. La ropa que llevas... es la armadura que utilizas para alejar a todo el mundo. 
Te gusta parecer peligroso y rebelde. Es como si hubiera una parte de ti que piensa que, si le das a la gente una razón para que no les gustes, no dirán que está bien. Porque tú eres él que decide si les permites que les gustes o no.

Empezó a apartarse pero lo detuvo.
—Seré tu amiga, Nick. Una buena amiga, si me lo permites.
Apartó la vista recordando a Artemisa ofreciéndole su amistad.
—No te ofendas, pero la gente dice eso llena de buenas intenciones. Desafortunadamente cuando se nos pone a prueba, inevitablemente fallamos.
—¿Has fallado alguna vez?
—Sí he fallado. —Su hermana confiaba en él para que la protegiera y dejó que Artemisa se metiera en el medio. Joe había sido lo más cercano a un amigo de verdad y había causado su muerte.
Como amigo, apestaba y no deseaba darle su amistad a nadie.
—Bueno, pues yo no he fallado. —Dijo Miley con firmeza—. Ni una sola vez. Pero la única manera de que lo sepas es confiando en mí. Y puesto que no puedes darme tu confianza, olvidaré que hemos tenido esta conversación. —Volvió a mirar el libro—. ¿Cuál es esta palabra?

Nick dudó al ver su nombre en la escritura de Miley. Fue para mentirle, pero la mentira se quedó en la garganta. Quería confiar en ella. Pero no se decidía. Respirando hondo, hizo lo que no había hecho en siglos. Confió.
—Es Nicholas.
Lo miró intensamente.
—¿Tu nombre?
—Sí. —Dijo, asegurándose de que no había ninguna emoción en su voz—. Tenía dos hermanos. Nicholas y Styxx.
—¿Como los nombres de los ríos dela Tragediay el Odio? Vaya padres más morbosos.
—Quizás más bien apropiados.
—Creo que eso sería peor. —Volvió la página—. Es tan raro leerlo. Ella se parece a cualquiera que puedas encontrar por la calle. Su preocupación principal es complacer a su padre y echa de menos a su hermano. Tiene las mismas preocupaciones de una mujer moderna, que la tomen en serio. Que la escuchen. —Dejó escapar un suspiro nostálgico—. ¿Puedes imaginarte el mundo en que vivía? Me pregunto qué tipo de ropa usaba. En qué clase de cama dormía...
—Yo imagino que se parecía mucho a ti. Amable y sencilla. Decidida y protectora para aquellos a los que amaba. Y probablemente, de vez en cuando, irritante para sus dos hermanos.
Las palabras la conmovieron.
—¿Eso ves cuando me miras?
—No. Veo a una maníaca homicida que no me puede ver ni en pintura.
Rió.
—¿En serio?
La broma parecía seria.
—Sí, Soteria. Eso es lo que veo cuando te miro.
Entrelazó los dedos con los suyos.

Nick miró sus manos entrelazadas. Era lo más increíble que había visto nunca.
Pam regresó. Esperaba que lo soltara y se estirara incómoda como todo el mundo hacía. Pero no lo hizo. Dejó la mano en la suya.
—¿Nos has librado por lo de la hamburguesa? —Le preguntó.
—De momento estáis a salvo. ¿Qué puedo decir? Súper Pam al rescate.
Nick volvió a ponerse las gafas de sol y Pam se colocó en el otro lado de la cama. Miró las manos y sonrió.
—Me alegro de que os halláis reconciliado.
—Oye, el chico me ha salvado la vida. Eso debe merecer un par de golpes a mi ego.
Pam arqueó ambas cejas.
—¿Quién eres tú y qué has hecho con mi mejor amiga?

Miley miró a Nick.
—Morirse tiende a darle perspectiva a unas cuantas cosas.
No tenía ni idea.
—¿Has tenido alguna experiencia cercana a la muerte, Nick? —Preguntó Pam.
—Podría decirse.
Pam resopló.
—¿Qué? ¿También a ti te pescó tu padre cotilleando fuera de casa?
—Sí. Estuve castigado un mes.
Miley miraba a Nick. Había una nota en la voz que le decía que, en esta historia, había mucho más de lo que dejaba entrever. Pero si en privado no le contaba nada, no había manera de que dijera algo frente a Pam.

Su móvil empezó a sonar. Soltándole la mano, se apartó para ver el identificador de llamada.
—Tengo que atenderla. Disculpadme.
Miley lo miró mientras salía al pasillo.
Pam dejó escapar un silbido bajo y apreciativo.
—Bendito sea dios, ese hombre tiene el cu/lo más bonito que he visto. No me extraña que lleve abrigo largo. Deberíamos envolverle de la cabeza a los pies para salvar la cordura humana.

Le dio un manotazo en broma.
—¿Quieres dejarlo ya?
Pam hizo un gesto hacia la puerta.
—Tienes las gafas puestas. ¿No has visto que cu/lo tiene? Y además es gótico. —Dijo haciendo un ronroneo profundo con la garganta.
—Tenemos que enrollarte con alguien pronto. La sobrecarga de hormonas te está comiendo el cerebro.
—Ya lo sé. Qué triste, ¿verdad?
Rió volviendo a mirar a Nicholas y se preguntó de qué iba la llamada.

—¿Estás seguro de eso, Urian?
—Completamente, te compensa tener amigos en el lado oscuro. Stryker está mandando exploradores a buscar el diario, incluso mientras hablamos. Quiere quitar del medio a Artemisa y Apolo y absorber sus poderes. También está esperando que haya algo en el diario que te hiera, lo que tiene a tu madre de los nervios y está mandando a sus demonios para buscarlo también. —Urian rió diabólicamente—. Bienvenido al Armagedón, colega. Parece que han empezado sin ti.

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5 comentarios:

  1. hahhaha bitch, tuve qu leer dia y noche para poder desatrasarme, pero por fin termine, me encanto bitch, y asi tengo que comentarte 5 veces lo hare

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  2. Esta cada vez mejor, siguela por fa no te demores , asi que te comentare 5 veces para que la
    sigas c:

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  3. Siguelaaaaa dios nick es un amor con miley c:

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  4. Omg siguelaaa, Nick y Miley *-* Esta Adaptación es como una droga, la amo demaciado y cuando no subes me dan ataques!

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  5. Awwwfghjkhg Soy el 5to comentario, hace mucho no comentaba pero ya salí a vacaciones y estaré mas pendiente de las novelas, dios amo esta adaptación es GENIAl continuala rápido por favor, no la demores tanto <3 <3 <3 <3 <3

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