viernes, 6 de septiembre de 2013

Aferrate a la Noche - Cap: 20


Las dos semanas siguientes verdaderamente fueron el infierno sobre la tierra luego del atardecer. Parecía que los Daimons vivían sólo para jugar con ellos y atormentarlos.
Nadie estaba a salvo. La ciudad incluso había intentado implementar un toque de queda a pedido de Acheron, pero como Nueva Orleáns era un pueblo de veinticuatro horas de fiesta, no habían sido capaces de imponerlo.

El total de cuerpos era diferente a cualquier cosa que Miley hubiese escuchado fuera de una película de Hollywood, y Acheron y el Consejo de Escuderos estaban teniendo dificultades para esconder todas las muertes a la policía y las agencias de noticias. Pero lo que más la asustaba era el hecho que los pocos Daimons que atrapaban, eran condenadamente casi imposibles de matar.
Cada noche regresaba a la casa de Nicholas con dolor, por el maltrato a su cuerpo. Sabía que él no quería que saliera a patrullar y, sin embargo, nunca decía nada.
Nicholas pasaba una o dos horas luego de que regresaran masajeando sus dolores con Icy Hoty vendando sus heridas.

Era injusto que él jamás tuviera dolores y malestar, y los pocos daños que sufría su cuerpo siempre desaparecían luego de unas pocas horas.
Ahora, Miley yacía desnuda en el abrigo de sus brazos. Él estaba dormido y, sin embargo, la tenía firmemente apretada a él, como si tuviese miedo de perderla.
Eso la alegraba más que ninguna otra cosa lo había hecho jamás. Debería haberse levantado horas atrás. Ya eran las cuatro de la tarde pero, desde que se había mudado con Nicholas, se había convertido en una noctámbula certificada.
Su cabeza reposaba sobre el bíceps de Nicholas, cuyo brazo derecho caía sobre su cintura. Ella pasó la mano por su antebrazo mientras estudiaba la bronceada piel masculina.
Nicholas tenía manos hermosas. Largas y delgadas, eran fuertes y bien formadas. Estas últimas semanas le habían dado tanto consuelo y placer que apenas podía respirar de la felicidad que la consumía cada vez que pensaba en él.
Su teléfono sonó.

Miley salió rápidamente de debajo de él para atenderlo.
Era Amanda.
—Hola, hermanita —dijo un poco vacilante.
En las dos semanas pasadas, había habido una fuerte tensión en su relación.
—Hola, Miley  me preguntaba si podría ir un rato a hablar contigo.
Miley puso los ojos en blanco ante la idea.
—No necesito otro sermón, Mandy.
—Juro que no es un sermón. Es de hermana a hermana. Por favor.
—Está bien —dijo en voz baja tras un breve debate interno, y luego le dio la dirección de Nick.
—Nos vemos en unos minutos.

Miley colgó el teléfono y trepó a la cama. Nicholas estaba acostado sobre un lado, con el cabello esparcido en abanico a su alrededor. Una barba incipiente ensombrecía su rostro y, aún así, se veía casi infantil allí recostado.
Incluso dormido los músculos de su cuerpo eran evidentes y definidos. Vellos oscuros cubrían apenas cada perfecto hueco y curva, haciendo el terreno de su piel aún más masculino y fascinante.
Pero no era sólo su belleza lo que la atraía. Era su corazón. El modo en que podía cuidarla sin doblegarla. Sabía que a él no le agradaba que luchara a su lado y, sin embargo, jamás decía una palabra en contra. Simplemente se quedaba a su lado y la dejaba pelear sus propias batallas. Las únicas veces que interfería era cuando algo superaba su capacidad.
Entonces él tomaba el mando y la salvaba sin hacerla sentir débil o incompetente.
Miley sonrió ante la imagen dormida de Nicholas.
¿Cómo podía alguien llegar a significar tanto para ella en tan poco tiempo?
Sacudiendo la cabeza, buscó el vestido y pensó en la primera vez que Nicholas había visto el tatuaje de un pequeño triángulo celta al final de su espalda.
—¿Por qué te marcarías intencionalmente? —había preguntado, como espantado ante la sola idea.
—Es sexy.
Él había fruncido los labios y, sin embargo, ahora obtenía mucho placer besando y masajeando el tatuaje por la mañana, cuando regresaban de sus patrullas.
Impulsivamente, ella recogió la camisa de seda negra de Nicholas del piso, y se la puso. Le encantaba el modo en que su picante aroma masculino se aferraba a la tela. El modo en que se aferraba a su piel.
Se puso los pantalones y bajó las escaleras, para esperar a Amanda.
—Hola, Miley.

Giró hacia la izquierda al pie de las escaleras para espiar a Otto usando la computadora en el estudio de Nicholas. Era la única pieza de tecnología que había sido capaz de encontrar en toda la casa, excepto la masiva colección de dvd’s que tenía escondidos en una bóveda en su oficina, lo que explicaba su conocimiento de la cultura pop.
—Hey, Otto, ¿en qué estás trabajando?
—Intentando rastrear la amenaza Daimon, como siempre. Estoy utilizando el programa de Brax para ver si hay un patrón que podamos seguir para predecir dónde podrían estar esta noche.
Ella asintió. Otto se había encariñado lentamente con ella, y desde que los ataques mortales de los Daimons habían comenzado, había regresado a su básico vestuario negro.
Hoy llevaba una camiseta con cuello alto, un suéter color carbón y pantalones negros. Debía admitir que era un hombre bien parecido cuando no estaba intentando ser un cursi patán.
Había abandonado el IROC y ahora conducía su Jaguar, declarando que ya no era divertido contrariar a Nicholas, ya que el romano estaba tan distraído con Miley que jamás reaccionaba a las bromas de Otto. Y Gilbert tampoco estaba allí para reaccionar ante él.
Ella entró al estudio para mirar sobre su hombro.
—¿Has encontrado algo?
—No. Aún no hay un patrón. Es sólo que no comprendo qué causó esto. Si quieren a Kyrian, ¿por qué no han ido por él?
Miley suspiró irritadamente.
—Están jugando con nosotros. No estabas aquí para la primera ronda con Desiderius. Obtiene placer haciendo que le tengamos miedo, y jugando con nuestras mentes.
—Sí, pero estoy hartándome de la ascendente suma de cuerpos. Diez personas murieron anoche, y el Consejo está teniendo problemas para esconder todo eso a las autoridades. El público está enloqueciendo, y sólo han oído un porcentaje del verdadero total.

Miley se encogió.
—¿Cuántos Daimons fueron asesinados anoche?
—Sólo una docena. Los cuatro que tú y Nick terminaron, Ash mató cinco, y Janice, Jean-Luc, y Zoe mataron uno cada uno. El resto de los bastardos escapó.
—Demonios.
—Sí, no me agrada estar en el lado de los perdedores de nada. Esto realmente apesta.
Miley frunció el ceño mientras repasaba la lista en su cabeza.
—Sabes, es bastante triste que siendo humana pueda terminar con más Daimons que un Dark Hunter.
Otto la miró divertido.
—No estás sola.
Ella lo abucheó.
—Que conste que Nicholas me ayuda a mí, no del otro modo.
—Claaaaro.
Miley rió ante su juguetona burla hasta que se le ocurrió otro pensamiento.
—¿Qué hay de Ulric?
—¿Qué hay con él?
—¿A cuántos mató?
—Ninguno, ¿por qué?
¿Ninguno? Eso no estaba bien.
—Tampoco mató a ninguno la noche anterior, ¿verdad?
—No.
Una mala sensación la atravesó. No, seguramente estaba equivocada.
No era posible, ¿cierto?
—¿Dónde sucedieron la mayoría de los asesinatos anoche? —preguntó.
Otto apretó una tecla y cambió la pantalla a un mapa del Barrio Francés. Miley vio las áreas resaltadas en rojo donde alguien había muerto. Había una gran concentración de marcas rojas en el cuadrante del nordeste.
—¿Quién estaba asignado a ese sector?
Otto chequeó otra pantalla.
—No la tengo de rehén —dijo él rápidamente, como si la acusación lo ofendiera—. Puede irse en el momento que quiera.
Amanda sonrió.
—Lo sé —miró a Miley y sacudió la cabeza—. El día de Acción de Gracias será un infierno, ¿eh? Ni pensar en el terror de Navidad. Y pensábamos que la abuelita Flora era mala con el tío Robert.
El corazón de Miley martilleó ante lo que su hermana estaba diciendo.
—¿No te importa?
—Oh, claro que me importa. Preferiría matarme antes que lastimar a Kyrian, pero tampoco puedo lastimarte a ti, y no estoy dispuesta a perderte por algo que sucedió hace dos mil años. Quizás tengamos suerte y uno de los Daimons atrapará a Nicholas antes de que esto termine.
—¡Amanda! —dijo Miley bruscamente.
—Estaba bromeando, Miley  En serio —tomó la mano de Nicholas y la sostuvo contra la de Miley . Uno de estos no es como el otro, uno de estos no pertenece —cantó en voz baja. Luego se puso seria—. ¿Vas a pedirle el alma de Nicholas a Ash?
Miley se sintió un poco extraña por la pregunta.
—No hemos llegado tan lejos.
—Ya veo.
Miley se puso rígida ante el tono de “mamá” que Amanda había utilizado.
—¿Qué se supone que signifique eso?
Amanda la miró como si no tuviera idea.
—No significa nada.
—Sí, claro —dijo Miley  con su furia aumentando—. Conozco ese tono. Crees que no lo tomo en serio, ¿verdad?
Amanda farfulló.
—No dije eso.
—No tuviste que decirlo, Amanda. Sabes, estoy realmente cansada de ser el blanco de las bromas familiares. Jamás comprendí porqué soy yo la loca y rara cuando Tia baila desnuda en los bayous en ceremonias vudú; Selena se encadena a las cercas; Karma es inseminadora de toros; la tía Jasmine está intentando empalmar a una atrapamoscas de Venus con kudzu para hacer una planta asesina de hombres que devore a su ex…
—¿Qué? —preguntó Nicholas.
Miley lo ignoró.
—Y tú, preciosa Amanda, a quien todos adoran. Primero sales inconscientemente con un hombre mitad Apolita cuyo padre adoptivo está intentando matarte por tus poderes, y terminas casada con un vampiro al que tengo que tolerar, aunque personalmente pienso que es un patán pomposo, autoritario y sin gracia. ¿Por qué soy yo la loca en todo esto?
—Miley…
—¡No me digas así cuando sabes que realmente me irrita!
Los ojos de Amanda llamearon.
—Bien, ¿quieres saber por qué eres la loca? Porque revoloteas de un extremo al otro. Por dios, tenías… ¿cuántas? ¿Nueve especializaciones en la universidad?
—Trece.
—¿Ves? Eres una flibbertigibbet. Si no fuese porque nos tienes para que te cuidemos, serías uno de esos indigentes a los que alimentas cada noche, y lo sabes. Por eso es que los alimentas.
—Puedo cuidar de mí misma.
—Sí, seguro. ¿Cuántos trabajos tuviste hasta que Irena te dejó la tienda? A propósito, ella no quería retirarse. Papá le pagó porque era el único trabajo que mantendrías durante más que un par de días.
—¡Pe/rra!
Miley arremetió contra su hermana, sólo para que Nicholas la interceptara.
—Miley, cálmate —le dijo, reteniéndola.
—¡No! Estoy cansada de ser tratada como la idi/ota del pueblo por aquellos que dicen quererme.
—No te trataríamos de ese modo si no te comportaras como tal. Mi dios, Miley  mírate. Mira porqué Eric te dejó. Te quiero, realmente te quiero, pero no has hecho más que causar problemas toda tu vida.
—No te atrevas a hablarle de ese modo —dijo Nicholas con brusquedad mientras se apartaba de Miley para enfrentar a Amanda—. Me importa un demonio quién eres, te arrojaré de aquí. Nadie le habla de ese modo. Nadie. No hay nada malo con Miley.  No es otra cosa que buena con todo el mundo. Si no puedes ver todas sus buenas cualidades, entonces hay algo seriamente mal contigo.

Una sonrisa apareció instantáneamente en el rostro de Amanda.
—Y eso realmente es lo que necesitaba saber.
—¿Estabas jugando conmigo? —exclamó Miley.
—No —dijo Amanda seriamente—. Esto no es cosa de juegos. Pero antes de ir a hacer absolutamente miserable a mi esposo, tengo que saber que ustedes dos van en serio y que Nicholas no es sólo otra de tus fijaciones de “volveré loca a mi familia.”
Miley la miró con furia mientras sus volátiles emociones se arremolinaban.
—Hay momentos, Mandy, en que pienso que te odio.
—Lo sé. Llévalo a casa esta noche e intentaremos esto de nuevo.
—No puedo creer que estés haciendo esto por nosotros —dijo Nicholas.
Amanda respiró hondo.
—No quiero ofenderlos, pero no es por ustedes. Estoy haciendo esto por Kyrian. Ash me dijo algo, y estoy aquí para asegurarme que suceda.
Y, con eso, dio media vuelta y se encaminó hacia la puerta.
—¿Mandy? —la llamó Miley, deteniéndola antes de que se fuera—. ¿Tenemos una tregua?
—No. Tenemos una familia volátil y homicida. Pero al menos no será aburrido. Nos vemos esta noche.
Miley observó a su hermana partir. Muy profundo, en la boca del estómago, se le instaló una fuerte sensación de presentimiento. Era sombría y cruel. Terrorífica y fría.
Era casi como si supiera instintivamente que uno de ellos moriría esa noche…

1 comentario:

  1. wooow me encantaron los capitulos
    amo esta novela necesito saber que es lo que pasara despues.
    SIGUELA!!!!!!!!!!!
    BESOS

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