jueves, 14 de febrero de 2013

Perfecta Epilogo


Rodeada por una profusión de ramos de rosas de tallo largo de todos los colores del arco iris, Miley acunaba contra su pecho a su hijo recién nacido en una habitación privada del Centro Médico Cedars-Sinaí. Pero por primera vez desde el nacimiento de su hijo, ocurrido dos días antes, no dedicaba toda su atención a ese niño pequeño y perfecto que ella y Nick habían creado.

Hasta pocos instantes antes, las enfermeras se arremolinaban a su alrededor para mirar la transmisión de la entrega de premios de la Academia Cinematográfica, pero debieron alejarse para llevar a los bebés a sus respectivas madres, e interiormente Miley se alegraba de poder estar sola. Muy pronto otorgarían el premio al Mejor Actor Protagónico, y aunque estaba bastante segura de que lo ganaría Nick, prefería no tener público a su alrededor cuando anunciaran el premio.
–¡Mira, Nicky! –susurró, volviendo levemente al bebé para que quedara frente a la pantalla de televisión–. Allí están tus futuros padrinos, Liam y Demi Farrell. Y junto a ellos está tu papá, aunque esta vez la cámara no lo haya mostrado.
Nicholas Alexander Jonas, que había dejado de ***** algunos instantes antes, se quejó de inmediato al verse privado del pecho de su madre, de manera que 
Miley lo volvió a colocar en su lugar y lo ayudó a encontrar lo que buscaba y luego volvió su atención al televisor.

La primera película filmada por Nick después de su casamiento. Último Interludio, no sólo quebró todos los récords de taquilla, sino que también mereció un número inusitado de nominaciones para el Oscar. Nick ganó el premio al Mejor Director, Sam Hudgins el de Mejor Fotografía, y le otorgaron los premios a los Mejores Efectos Especiales y a la Mejor Partitura Musical.

Nick quiso quedarse en el sanatorio y mirar la ceremonia con ella, y cuando Miley se reconoció incapaz de convencerlo por otros medios de que debía asistir, alegó que debía hacerlo por el bien de todos los que habían trabajado en Interludio, incluyendo a los actores de reparto que también tenían nominaciones para el Oscar. En realidad Miley sentía que ésa era la noche de Nick y que ni ella ni el bebé ni un acto de Dios debían impedirle gozarla. Esa mañana había llegado a la casa el primer ejemplar del libro que Nick la alentó a escribir para ayudar a recaudar fondos para el programa de alfabetismo para mujeres adultas. Aunque Miley estaba ansiosa por mostrárselo y pedirle su opinión, le pidió a Sally que se lo mandara al sanatorio y que no se lo mostrara ni le comentara que había llegado.

Estaban anunciando a los nominados para el premio al Mejor Guión Cinematográfico. Miley se mordió los labios, pero enseguida sonrió feliz cuando anunciaron el nombre del ganador, Peter Listerman, quien subió a recibir su galardón.
–Mira Nicky –susurró, feliz–, ¡allí está Pete, y ganó! Debes estarle muy agradecido a Pete –bromeó–. Gracias a él tienes la única silla alta del mundo que es idéntica a la silla del director de cine y que, además, lleva tu nombre en el respaldo.
Pete era uno de los personajes preferidos de Miley. En parte porque ese hombre de aspecto estudioso había pasado tanto tiempo en la casa trabajando con Nick en el guión de interludio, que llegó a conocerlo bien, y en parte porque él parecía mantener una extraña relación amor-odio con Debby Sue Cassidy. Un día, cuando Nick y Peter se debatían tratando de encontrar un final mejor para el guión, Debby afirmó que ella había pensado en uno. El aspecto tranquilo de Peter ocultaba un feroz temperamento artístico, y lo único que salvó a Debby de su ira por haber intervenido fue que a Nick le gustó la idea. Realmente le gustó. Le pidió a Pete que la trabajara y ése fue el final nuevo y emocionante que ayudó a hacer deInterludio el éxito que era.

El discurso de aceptación de Pete siguió los cánones habituales, hasta el final, cuando levantó la mirada para fijarla en la cámara y dijo:
–También quiero hacer llegar mi agradecimiento a la señorita Debby Cassidy cuya contribución a mi trabajo fue invalorable.
–¡Eres un amor, Peter! –exclamó Miley al oírlo, abrazando con fuerza a su hijo. El insaciable deseo de aprender de Debby, junto con sus incansables esfuerzos, con el agregado de la renuente admiración y la tutela de Peter estaban obrando milagros.
Instantes después Miley se puso tensa cuando Robert Duval y Meryl Streep subieron al escenario y empezaron a leer los nombres de los nominados para el premio de Mejor Actor Protagonista.
–Cruza los dedos, mi amor –le dijo al pequeño. Besó la manita de su hijo y luego enlazó en ella un dedo, para que les diera suerte.
–Y los nominados son... –Meryl Streep clavó los ojos en la cámara. –...Kevin Costner, por Fin del arco iris.
–Kurt Russell, por Disparo en la noche –agregó Duval.
–Nicholas Jonas por Ultimo interludio –anunció Streep.
–Jack Nicholson, por El pacificador –terminó Duval.
Extendió la mano para tomar el sobre y en ese momento Miley sintió un extraño cosquilleo en la nuca.
–Y el Oscar es para... –Duval miró el papel que contenía el sobre y esbozó una amplia sonrisa–. ¡Nicholas Jonas por Último interludio!
Los aplausos fueron atronadores y el público se puso de pie para ovacionar al ganador; entonces las cámaras enfocaron a un hombre alto y morocho de esmoquin que se dirigía al escenario a recibir el premio y Duval se inclinó hacia el micrófono para agregar:
–En nombre de Nick, el premio será recibido por Liam Farrell...
Y de repente Miley comprendió la causa de ese extraño cosquilleo que sentía en la nuca... Se apoyó contra las almohadas con una sonrisa indefensa, y sin mirar hacia la puerta dijo:
–¿Estás ahí, verdad?
–¿Cómo lo adivinaste? –preguntó Nick. Miley se volvió y lo vio acercarse con la chaqueta del esmoquin colgado de un hombro, con aire negligente y con el resplandeciente Oscar al Mejor Director colgando de un dedo de su mano izquierda.
–Se supone que deberías estar allí, recibiendo tu premio –le recordó Miley, pero cuando él se sentó a su lado, le pasó el brazo libre alrededor de los anchos hombros.
Con cuidado para no aplastar a su hijo dormido, Nick besó a su mujer en la mejilla y luego en la boca.
–Estoy exactamente donde quería estar en este momento –susurró mientras le acariciaba el cuello con ternura–. En el único lugar donde deseaba estar.
Ella le acarició la mejilla con la punta de los dedos.
–Nicky y yo estamos muy orgullosos de ti –dijo con suavidad, y Nick sintió un desacostumbrado ardor de lágrimas en los ojos al mirar el rostro resplandeciente de su mujer y al hijo que tenía abrazado contra el pecho, y que aferraba con una manilo el camisón de su madre.
–Se está quedando dormido –dijo Nick con voz ronca de emoción–. ¿Quieres que lo ponga en la cuna?
–Podrías intentarlo –contestó ella, alcanzando el bebé a su padre.
Después de colocar a su hijo en la cuna, Nick se quitó los brillantes zapatos de vestir y se recostó en la cama, aferrando con fuerza a Miley.
–Gracias por darme a mi hijo –susurró, y como esa noche sus emociones se encontraban peligrosamente cerca de la superficie, miró alrededor para encontrar algo que lo distrajera. Su mirada cayó sobre un libro que Miley tenía boca abajo sobre la mesa de luz, y lo tomó.
–¿Qué estás leyendo?

Mientras escribía el libro o durante su producción, Miley nunca quiso conversarlo con su marido. Nick era un profesional exigente y temió que la menor crítica de su parte la hiciera caer en el pánico. Pero ahora había llegado el momento de la verdad, de manera que respiró hondo.
–Es mi libro... el primer ejemplar, recién salido de la imprenta. Sally me lo mandó esta mañana.
–¡Pero por qué no me lo dijiste! –exclamó Nick, contemplando el libro–. ¡Esto es muy excitante!
–No te lo dije porque hoy era el día de entrega de los premios de la Academia y no quise que el libro ni ninguna otra cosa te distrajera un solo minuto de eso.
Emocionado por la inútil preocupación de Miley, Nick abrió el libro y lo hojeó, mientras su esposa lo observaba con una mezcla de miedo y ansiedad.
–Es hermoso –dictaminó Nick, estudiando la tapa.
–¿Qué te parece el título?
Nick sonrió.
–Lo llamaste Perfecto. –Miley asintió–. Me gusta –dijo él, sonriente–. ¿Cómo se te ocurrió ese título?
–Fue lo más fácil de todo –susurró Miley, mirándolo–. En realidad se trata de nuestra historia, pero el personaje central del libro eres tú.

La sonrisa de Nick se esfumó y sintió una explosión de ternura en su interior. Tomó a su mujer en sus brazos y enterró la cara en su pelo. Miley permaneció a su lado cuando el mundo lo consideraba un malvado, lo quiso cuando no tenía nada que ofrecerle, y le enseñó a perdonar. Aplaudía sus triunfos, lo apoyaba cuando tenía razón y se le oponía tercamente cuando estaba equivocado. Miley reinventó la vida para él, y la llenó de metas y de sentido, de risas y de amor. Y después le dio un hijo.
Recordó el poema que Debby Sue Cassidy le había escrito:
Antes me avergonzaba,
Ahora estoy orgullosa.

En una época el mundo era negro,
Ahora es resplandeciente.

Antes me alimentaban los sueños,
Pero ahora tengo esperanza.
Gracias a Miley.

–No llores, amor –susurró Miley, sorprendida por lo húmeda que estaba la mejilla que su marido apretaba contra la de ella. Le apoyó una mano sobre la nuca para impedir que se alejara y bromeó, algo temblorosa– Todavía no has leído mi libro. Tal vez sea mejor escritora de lo que tú crees.
Y en uno de los momentos más emotivos de su vida, Nick no tuvo más remedio que estallar en carcajadas.

2 comentarios:

  1. hahahah bitch me encanto =...D yo tambien me puse a llorar, que lindo <3 y me dijiste que nunca tendrian un hijo ¬¬ a la proxima no te creere

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  2. LLORE Y LLORE Y LLORE MAS QUE CUANDO VI TITANIC Y LUEGO REI MAS QUE CUANDO VI TONTO Y RE TONTO
    Y DESPUES ME DI CUENTA QUE SOY UNA LOCA....JAJAJA LO SOY
    AME ESTA NOVELA ME PARECIÓ PERFECTA DESDE EL PRINCIPIO!!
    SIMPLEMENTE ME ENCANTO
    TKM

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