lunes, 15 de julio de 2013

Asleep - Cap:25

—¿A dónde quieres ir? —me pregunta Nick, después de llevarme a mi casa a cambiarme a unos vaqueros y una camiseta, que pertenecían a Avery. Es un día hermoso, con un cielo azul y un sol brillante.
—Vamos a columpiarnos —le digo, una fantasía que he estado alimentando desde hace algún tiempo 

Me sigue a la parte de atrás, y por primera vez en mi vida, no me siento en mi amado columpio a solas. Nick se sienta a mi lado, tomando mi mano entre las cadenas mientras nos balanceamos suavemente hacia atrás y adelante.
—Apuesto a que puedo ir más alto que tú —lo desafío en broma, liberando su mano y empujándome hacia atrás con mis pies, riendo mientras me impulso más y más alto, con Nick a mi lado, con su inexperiencia haciéndolo balancearse lentamente a pesar de sus largas piernas.

Me doy impulso, observando el patrón familiar de césped, la cerca, el patio del vecino, la copa de los árboles, y finalmente el cielo, de un azul profundo y un blanco brillante con sus redondas nubes esponjosas como montones de crema batida colocadas ahí, y después el patrón en reversa, y de nuevo hacia adelante, Nick pasando a través de mi visión periférica mientras se columpia a mi lado. 

Me estoy riendo, y de repente estoy llorando, poco a poco al principio, con lágrimas corriendo lentamente por mis mejillas mientras la risa disminuye. Los recuerdos inundan mi mente y mi alma, comenzando con el primer día que puse mis ojos en este columpio, viajando a través de la desintegración de mi infancia, y la pérdida de una vida normal a mano de mis padres; a través de la forzada servidumbre, el hambre y la tortura; a través de las palizas a manos de la mujer que debería haberme amado más que nadie, y cuya muerte fue mi culpa.

Mis lágrimas se convierten en grandes sollozos y Nick ha dejado de columpiarse, diciendo mi nombre mientras intenta de detener mi columpio, para atraparme entre mis arcos de vuelo. Se pone de pie detrás de mí, esperando mientras sigo balanceándome y envuelve sus brazos alrededor de mi cintura con fuerza, deteniendo mi avance, lanzándonos hacia adelante con el impulso. Se inclina hacia atrás y me dejo ser tirada del columpio.

Caigo al suelo contraída en una rueda, y él viene conmigo, enroscando su cuerpo alrededor de mí por detrás, sus rodillas contra mis costados, sus brazos aprisionados fuertemente sobre mí, mientras sostiene el golpe, el peso, balanceándome mientras caemos juntos en la tierra, y me lamento y gimoteo, derramando mi dolor de una manera que no me había permitido desde que desperté por primera vez en el hospital.

Cuando mi llanto se suaviza en gemidos, me gira hacia su costado y tira mi rostro contra su hombro. Envuelvo mis brazos alrededor de sus costillas, agradecida por su sólida fuerza. Estoy ahora temblando, una reacción tardía, y su calor me rodea.
—Yo la maté —gimo.
—Cariño, fue un accidente. —Su voz es persuasiva, llena de emoción.
Niego con mi cabeza.
—No importa. Es mi culpa.
—Miley, estabas tratando de escapar. Ella te hubiera matado… —Su voz queda atrapada y se detiene.
Me aprieto más fuerte contra él.
—Tal vez —le concedo—. Pero tal vez no. No le di la oportunidad de verlo venir. —Tomo una inhalación, entonces le digo una cosa que no le he dicho nunca a nadie más—. Lo deseé, Nick. Más veces de las que puedo contar. Incluso rogaba porque sucediera. 

¿Qué clase de persona reza por la muerte de su madre? ¿Y si no fue un accidente… y qué si inconscientemente sabía lo que estaba haciendo?
—Miley, mírame. —Toma mi rostro con una mano hacia el de él, su otra mano aun sosteniéndome con fuerza—. No te hagas esto a ti misma. Yo te vi. ¡Casi mueres! Un golpe más y ella te habría… —Su rostro es terrible al recordar, devastado con el pensamiento de eso. Sus desolados ojos sostienen los míos, oscuros con sentimiento. —Miley, cariño, sólo la empujaste. Fue un maldito accidente. ¿Me oyes? ¡Un accidente! Pudo simplemente haber quedado inconsciente. O incluso no haberse lastimado en absoluto, e ir por ti de nuevo. No fue la culpa de nadie que se golpeara la cabeza en la manera en que lo hizo, especialmente no fue tu culpa. Fue la de ella por ponerte en posición de tener que defenderte en primer lugar. —Su tono es urgente, pidiéndome que entienda.
—Ni siquiera pude ir a su funeral —susurro.
—Ella era un monstruo —dice.
—Era mi madre.


Asiente con la cabeza, tratando de entender, incapaz de hacerlo en su propio mundo brillante lleno de amor. Me abraza más cerca de nuevo.
—Lo sé, Miley. —Nos mecemos en silencio durante unos minutos, lágrimas aun corriendo silenciosamente por mi rostro, con mi garganta adolorida con la tensión residual.
—La quería —le susurro.
—Tienes que dejarla ir —dice en voz baja. Sé que tiene razón, pero no tengo idea de cómo alguna vez haré eso.

El día de la graduación llega, y ya que he pasado todas las pruebas, y no estoy en la cárcel, tengo permitido graduarme con todos los demás. Estoy preocupada por aparecer en público, ya que los periódicos locales se han apoderado de mi historia y la han hecho circular de forma sensacionalista no completamente precisa pero que sí se acerca bastante a la verdad. No estoy muy segura de la reacción que espero de mis compañeros, la mayoría de los cuales con los que he asistido a la escuela durante los últimos doce años.

Mi padre realmente se las arregla para mantenerse sobrio una vez más, y nos lleva a la escuela en su coche, el que tengo que admitir estoy sorprendida que todavía funcione. Supongo que tiene mucho que ver con el hecho de que siempre ha trabajado como mecánico —aunque para muchas empresas con el paso de los años— y se las arregla para que siga funcionando. El interior del coche está sucio, como si no hubiese sido limpiado en años, y está lleno de botellas vacías. Me pregunto cómo ha vivido todos estos años sin tener que abrazarse a un árbol en una confusión mental por el alcohol, o evitar hacerle daño a nadie más.

Nos encontramos con Nick y su familia en el auditorio donde la graduación se llevará a cabo. Mi padre va a sentarse con ellos, mientras Nick y yo pasamos a nuestros asientos. Trato de fingir que no me doy cuenta de las ojeadas y miradas fijas que estoy recibiendo, los susurros detrás de las manos. Los amigos de Nick vienen a saludarme, al igual que sus novias, quienes lucen más incómodas a mí alrededor de lo habitual. Entonces Jessica viene a mi lado, sentándose en la fila junto a mí, con una sonrisa. Tengo que admitir que me sigue poniendo nerviosa tenerla tan cerca, pero ella sigue siendo la que tiene la más agradable presencia de todas las chicas.

Nos alineamos, nos sentamos en los asientos y escuchamos los largos y aburridos discursos que acompañan a la graduación. Entonces, fila por fila nos ponemos de pie y caminamos hacia el podio a recibir nuestros diplomas. Nos fueron dadas instrucciones por adelantado, subir desde lados opuestos, tomar nuestro diploma, estrechar la mano a los administradores mientras caminamos hacia el centro del escenario, y después salir del podio.

Cuando llega mi turno, y mi nombre es anunciado, llega un puñado de aplausos detrás de mí. Esto rápidamente se convierte en una estruendosa ronda de aplausos y echo un vistazo alrededor para ver lo que está causando la conmoción.

Todo el mundo está mirándome, ya sea sonriendo o con lágrimas deslizándose por sus rostros, o ambas cosas. Incluso la administración y los oradores en el escenario se han detenido y se han unido. ¿Me están animando a mí? Busco a Nick, pero se encuentra en el lado opuesto de la pista, demasiado lejos para contactarlo. Él está tocándome de todos modos, sus ojos ardiendo intensamente en los míos, con una sonrisa de amor y reconocimiento en su rostro.

Demi está de pie detrás de mí, y me acerco a ciegas a ella, por cualquier cosa real y sólida en este extraño mundo. Ve mi necesidad y da un paso adelante para tomar mi mano, dándome apoyo en cara a este abrumador suceso. Continúo subiendo al podio, liberando la mano de Demi mientras encuentro la línea de recepción, recibiendo abrazos en lugar del tradicional apretón de manos, incluso de aquellos que no se supone deben estar de este lado del escenario se acercan. Nick ha llegado a mi lado, y se reúne conmigo en el centro, tomando mi mano y besándome en la sien, encaminándome a bajar por las escaleras.

Se necesita algo de tiempo para que los aplausos se apaguen después de haber regresado a mi asiento, dejando ir a Nick a regañadientes. En este momento estoy totalmente avergonzada. Supongo que es mi repentina celebridad la que ha conseguido esta reacción.

Más tarde me dicen que es respeto por mi valor, y por sobrevivir ante tales posibilidades. Esto no suena del todo bien para mí, ¿qué opción tenía sino sobrevivir? No me considero valiente en absoluto. El valor me parece una palabra honorable, y matar a tu propia madre es cualquier cosa menos honorable.

Vamos a cenar con los Jonas para celebrar el dudoso honor de lograr graduarse de la secundaria. Incluso mi padre, quien está muy inquieto tratando muy duro en ser como un padre, viene. Es una noche de emoción y risas en su mayoría, pero por dentro siento un profundo temor, porque sé que cada día me llevará más cerca al momento en que tendré que estar sin Nick.
—¿Quieres volver a mi casa por un rato? —me pregunta Nick más tarde, mientras nos detenemos frente a mi casa, mi padre saltando fuera de la camioneta. Lo veo salir y sacudo mi cabeza.
—Creo que necesito hablar con mi padre. Las cosas han estado extrañas entre nosotros, y es tiempo de hablar de eso. —Eso se trata de la muerte de mi madre, su esposa, por mi culpa. Nick no discute, entendiendo instintivamente lo que más necesito, como siempre hace.
Sigo a mi padre hacia el interior, observando mientras se para nerviosamente cerca de la ventana del frente, obviamente queriendo escapar. Reconozco ese sentimiento muy bien, pero por una vez tendrá que ignorarlo por mí, su hija.
—Papá, tengo que hablar contigo.
Me mira, con temor en cada línea de su rostro.
—Estaba a punto de salir —dice.
—Lo sé. Pero te necesito ahora. Sólo por un momento.
—Está bien —me concede, pero no está contento acerca de esto. Entramos a la cocina y se sienta en la mesa. Lleno un vaso con agua para mí y uno con refresco para él, descartando la cerveza. Lo necesito sobrio por un poco más.
—¿Me culpas? —le pregunto, tan pronto como tomo asiento.
Está sorprendido. —¿Culparte de qué? —pregunta.
—Por… mamá. Por… matarla.
Su mandíbula cae. Esto obviamente no es lo que esperaba.
—No, Miley, por supuesto que no. Sé lo que pasó. Tú no la mataste, no realmente.
—Lo hice. Está muerta por mí causa. Era tu esposa y ahora se ha ido por mí culpa.
Se estira a través de la mesa y cubre mi mano con la suya, un inesperado gesto paternal.
—Miley, sabes cómo estaban las cosas. Eres una chica inteligente, viste lo que pasó entre nosotros. Ella no había sido realmente mi… esposa por un largo tiempo. —Mira hacia un lado culpablemente—. No es que la culpe por eso, tampoco. Hay mucha culpa de mi parte. Pienso en eso a veces, me pregunto cómo es que las cosas se volvieron tan mal. —Me mira, sus ojos plagados de remordimiento—. Es en mayor parte mi culpa, por la manera en que las cosas fueron entre ella y yo. No estuve ahí cuando me necesitó, y vi cómo se convertía, cuán importantes se volvieron las drogas. Lo sabía, y lo ignoré. —Me mira—. Vi cómo era contigo.
—¿Por qué? —pregunto, torturada—. ¿Por qué era así conmigo? ¿Era yo tan horrible, no era digna de ser amada? ¿Por qué me odiaba?
Niega con su cabeza y suspira, un largo y decisivo suspiro, como si hiciera una elección.
—Hay algo que deberías saber, Miley. Algo que probablemente merecías saber hace mucho tiempo. —Se pone de pie—. Espera aquí, tengo algo que deberías ver.

Sube por las escaleras con una mirada de añoranza hacia la puerta principal. Puedo escucharlo hurgar, y finalmente regresa, trayendo una hoja de papel con él. Se sienta frente a mí, mirando hacia abajo al papel como si estuviera decidiendo si era bueno o malo enseñármelo, pero luego la deja en la mesa y la empuja hacia mí, sin encontrarse con mi mirada.

Miro hacia abajo. Certificado de Adopción está garabateado en la parte superior de la hoja. Mis cejas se fruncen en confusión. ¿Mi madre era adoptada? ¿Qué tiene esto que ver conmigo? Entonces continúo leyendo, viendo la fecha del nacimiento del bebé, y el nombre de los padres adoptivos, y mi corazón se detiene. Miro a mi padre, quien me está mirando dolorosamente.
—¿Fui adoptada? —Mi voz sale en un chillido.

6 comentarios:

  1. Me puse trsite cuando Miley llorando en el columpio, recordando todo, y ahora la gota que reboso el vaso, le salen con que fue adoptada D=

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  2. oh dios nick es un amor con ella, pero no me gusta ver sufrir tanto a miley no se lo merecee :c

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  3. Me alegra que demi se arrepintiera de todo lo que le hizo a miley y se vuelva en apoyoo, no puedo creer que miley fuera adoptadaaa, dios SIGUELA POR FAAAAA NO TE DEMORES C:

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  4. no la puedes dejar ahi
    y en la mejor parte
    cuando miley descubre que es adoptada
    es mucho drama!!!! estoy impaciente por leer el capis siguiente
    siguela!!!
    besoss

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  5. HEY SIGUELAA PORFA QUIERO SABER QUE SIGUE NO TE DEMORES C:

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  6. Se que no he comentado, pero la universidad me quita tanto tiempo :/ En fin ya pude leer y valla sorpresa, MILEY ES ADOPTADA D: Nick es muy tierno con ella :') Siguelaa por faaa♡

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