—No tenía ni idea —dice finalmente.
—Lo sé. Nadie la tenía.
—¿Por qué mantenerlo en secreto? —pregunta, torturado —¿Por qué no pediste ayuda?― Sacudo mi cabeza.
—Es complicado. Yo era muy joven cuando empezó todo, y no sabía a dónde acudir para obtener ayuda. No tenía amigos, y ningún adulto que me diera suficiente confianza. En el momento en que pensé pedir ayuda, estaba avergonzada de no haberlo hecho en mucho tiempo. Pensé que ella debía tener una buena razón para hacerlo, debía haber algo realmente mal conmigo, o mal en mí, para hacer que me odiara tanto.
Nick aprieta sus brazos.
—Lo siento —dice, con sinceridad en cada línea de su cuerpo y en su timbre de su voz—. Siento mucho que tuvieras que pasar por todo eso sola. Lo siento por todo lo que estás pasando ahora. Pero te prometo una cosa —Él se inclina hacia atrás, tomando mi rostro entre sus manos y mirándome fijamente a los ojos —Nunca estarás sola de nuevo.
La fecha de mi juicio ha sido fijada para finales de Mayo, justo antes de la graduación, lo que significa que tengo más tiempo para recuperarme, pero significa también que tengo que pretender vivir de nuevo, actuar como si tuviera una vida que continuará más allá de Mayo.
Estoy sufriendo de algunos dolores de cabeza muy intensos, los que me han dicho que eventualmente mitigarán, pero me hacen el trabajo de la escuela más difícil. Así que por ahora sigo excusada de asistir a la escuela y de la mayor parte de mi tarea. Recuerdo que no hace mucho tiempo, cuando hubiera dado casi cualquier cosa para ser excusada de la escuela, ahora daría casi lo mismo por poder ir a la escuela.
Extraño mis paseos por la mañana con Nick, sentarme a su lado en el almuerzo y en fotografía. Él sigue viniendo tan pronto como termina la escuela, ahora sólo vamos a su casa hasta las diez u once cada noche cuando me trae de regreso a mi casa. Odio mi casa, porque mi padre ha vuelto a sus viejas costumbres, quedarse fuera bebiendo a la mitad de la noche y yo preocupada que él esté ahí cuando Nick me deje. No le he dicho sobre la bebida y no quiero que lo presencie.
Para mi cumpleaños, Denisse planeó una fiesta, invitando a mi padre a venir a la casa Jonas para la cena. Él viene, con los ojos inyectados en sangre y luciendo ojeroso, pero sobrio. Incluso me trae un regalo. Me doy cuenta tristemente que es el primer regalo que he recibido de él desde mi columpio hace tantos años.
Denisse y yo hablamos hace unos cuantos días sobre cómo le ayuda durante momentos de estrés el escribir cosas, por lo que Denisse y el Dr. Jonas me dan un diario y un conjunto de plumas para mi cumpleaños. Lucy me da una fotografía enmarcada de mí con todo el clan Jonas tomada en Florida. Christine me da uno de sus libros, esos son su más preciadas posesiones.
Avery está casi saltando de su asiento mientras abro su regalo, el que me hizo guardar hasta al último (excepto por el de Nick, quien una vez más, me hace esperar hasta que estemos a solas después). Por el tamaño y el peso de la caja, sé que es ropa, pero cuando la abro, estoy sorprendida.
En la caja yace un vestido blanco hecho del material más sedoso que jamás he sentido. Lo saco y veo que es un vestido, una toga realmente. El corpiño es sin mangas, con un intrincado patrón tejido del material, cubierto con una capa de plata pura que cae por la parte posterior del vestido, formando una capa. La falda flamea desde la cintura, de nuevo cubierta con un material puro.
—Avery, es hermoso —le digo.
—Es para que lo lleves al baile de graduación —dice con una amplia sonrisa.
—¿Baile de graduación? —La miro. Ella está radiante, y no tengo el corazón para decirle que no hay manera en que vaya al baile. Así que sólo la abrazo y le digo que la quiero, lo que en realidad hago.
—Puedes probártelo para mí después, cuando ya no tengas tu yeso puesto. También, cuando Nick no esté alrededor. No quiero que te vea en el antes de la gran noche.
No le respondo, sólo trato de sonreírle. Debo lucir extraña porque Nick ladea su cabeza hacia mí inquisitivamente, pero no dice nada. Denisse trae un pastel que ella misma hizo, y que las tres niñas ayudaron a decorar. Es de tres niveles de altura y dejo a cada chica decorar una capa. La capa inferior es claramente de Avery, es muy brillante y cubierta con remolinos intrincados y flores rosas y púrpuras.
Lucy tomó la capa de en medio y en su propio estilo tranquilo sólo puso unas cuantas decoraciones, bellas en su simplicidad. Christine hizo la capa superior, que está amontonada con todos los colores del glaseado, desordenado y colorido, con una gran vela que sobresale de la parte superior. Es el pastel más hermoso que he visto nunca.
Ellos cantan para mí, también por primera vez durante tanto tiempo como puedo recordar, entonces comemos el pastel y helado hecho en casa. Mi padre se marcha poco después de eso. Tan pronto como el desorden es limpiado, Denisse se asegura que todos tengan una misión o tarea que les lleve a otra parte de la casa, dejándonos a Nick y a mí, solos. Hay un fuego ardiendo en la chimenea, y Nick saca su enorme saco de frijol y lo pone en frente para que nos sentemos juntos.
—¿Quieres tu regalo? —bromea.
—Este es mi regalo, estar aquí a solas contigo —digo.
—Aunque fue gracias a mi mamá.
—Lo sé. Tendré que agradecerle por eso.
Nick cava en su bolsillo y saca una pequeña caja. La última caja pequeña que él me dio había sido mi collar en Navidad, el que tengo puesto siempre. Así que estoy emocionada por abrirlo y ver que me da ahora. Mi corazón se detiene cuando veo lo que hay dentro.
—Sé que esto no es muy romántico —dice con una sonrisa—, y no es realmente como me gustaría hacerlo, pero… —Se encoge de hombros, dándose la vuelta para estar de frente a mí —Te amo, Miley. Sé que somos realmente jóvenes, pero sé que quiero pasar mi vida contigo. No quiero perder el tiempo. Quiero estar contigo cada día, despertar a tu lado cada mañana. Quiero casarme contigo, Miley.
—Sé que esto no es muy romántico —dice con una sonrisa—, y no es realmente como me gustaría hacerlo, pero… —Se encoge de hombros, dándose la vuelta para estar de frente a mí—. Te amo, Miley. Sé que somos realmente jóvenes, pero sé que quiero pasar mi vida contigo. No quiero perder el tiempo. Quiero estar contigo cada día, despertar a tu lado cada mañana. Quiero casarme contigo, Miley.
Miro desde su rostro al anillo situado en la caja. Es simple, con un solitario corte cuadrado con una banda de plata lisa. Es perfecto. Miro de regreso a él, veo la esperanza en sus ojos.
—Nick… somos demasiado jóvenes, todavía estamos en la preparatoria.
—Sé eso, Miley. Sé lo que la gente pensará que nos casemos justo después de graduarnos, pero no me importa. Nunca voy a querer a nadie más, sólo a ti.
—Nick, no puedo. No podemos. Hay tantas cosas…
Él me interrumpe, presionando su boca en la mía.
—No digas que no —susurra contra mi boca—. Di tal vez. Por favor.
Pero estoy sacudiendo mi cabeza. Nick se irá a la Universidad. Por mucho que odie la idea de eso, que le tema con horror y temor, lo he sabido todo el tiempo. Ese es su destino. Soy realista acerca de su futuro, lo que significa por lo menos ocho y doce años de escuela, o más, para cumplir su sueño de convertirse en un doctor, y eso no va a pasar si él está ensillado con una esposa, especialmente una que viene con mi tipo de equipaje. Sin mencionar de forma realista, que yo podría estar en la cárcel pronto.
—No puedo. —Mi corazón se está rompiendo, las odiadas lágrimas llegando de nuevo.
—Tú puedes —contrarresta—. Podemos. Me amas ¿cierto?
Toco su rostro.
—Sabes que sí.
—Entonces, ¿cuál es el problema?
—Nick, el camino de tu vida fue establecido mucho antes de que yo llegara. Sería un error que cambiara sólo por mí.
—Nada va a cambiar. Excepto para mejorar, porque soy mejor cuando estoy contigo.
—Nick, yo…
—Tal vez —me interrumpe—. Todo lo que estoy pidiendo es un tal vez. Dime que pensarás sobre ello, dame una oportunidad para convencerte.
Yo sé que lo justo, lo correcto es decir que no, terminar con esto aquí antes de que pueda lastimarlo aún más. No hay ni siquiera una remota posibilidad de un futuro entre nosotros. También estoy consciente de que Nick es un protector, y esto es nada más que su manera de tratar de protegerme.
Sin embargo, soy débil y no puedo imaginar el tratar seguir adelante a través de los próximos meses, sola, sin él a mi lado. Soy lo suficientemente egoísta para seguir con él por tanto tiempo, por cada segundo que pueda me aferraré a él, estaré con él. Imagino el dolor desgarrador de estar sin él, y me siento enferma de pensar en eso, así que lo pospondré por tanto como pueda, aún si el costo de alentarlo, sea el ser deshonesta.
—Está bien, tal vez —digo, aplastando la culpa que me consume ante la mirada de felicidad en su rostro, sabiendo que mi verdadera respuesta sólo puede ser no. Empujo la caja de nuevo a su mano—. Pero tienes que guardar esto.
—¿No quieres usar mi anillo? —me pregunta mientras mira hacia abajo a la caja, con dolor en su voz.
Si sólo supiera cuánto quería hacerlo.
—Nick, hay tantas cosas pasando en estos momentos. Es sólo que parece como una complicación más, explicar el anillo. ¿No puede ser simplemente nuestro secreto?
Él asiente con la cabeza, pero luego me mira burlonamente.
—De alguna manera quería que lo usaras, así todos sabrían que eres mía.
Sonrío débilmente.
—¿Quién no sabe eso? Tendrían que ser totalmente ciegos para no saberlo.
Él pone la caja de nuevo dentro de su bolsillo.
—¿Qué se supone que te daré para tu cumpleaños, entonces? —pregunta, malhumorado.
Mi corazón está retorciéndose violentamente en mi pecho, pero empujo la sensación lejos con práctica nacida de años de esconder la realidad.
—Puedo pensar en algo —le digo, en voz baja, tirando de su rostro al mío, escondiendo el dolor detrás de mi amor por Nick.
***
Continúo con mi terapia física dos veces a la semana, a la que Denisse usualmente me lleva. Conseguí mi licencia de conducir cuando tenía dieciséis años y había tomado la educación de conductores a través de la escuela, pero como no había manejado desde que obtuve la licencia, no estoy segura siquiera de recordar cómo hacerlo.
Nick se ofrece a dejar su coche conmigo, así puedo conducir después de que me quiten mi yeso, pero no quiero decirle que probablemente ya no sepa cómo conducir, así que sólo le digo que no quiero usar su coche. La administración de la escuela ha decidido que en base a mi periodo de recuperación y mi próximo juicio, puedo tomar clases especiales, seguidas de tomar pruebas para determinar mi elegibilidad para graduarme con el resto de mis compañeros de clase. Nadie dice en voz alta lo que todos estamos pensando, que podría estar en la cárcel para el momento en que la graduación llegue y no asistiré a la graduación en absoluto.
El baile de graduación se avecina y Nick trata de convencerme de ir. No puede entender que he tenido pesadillas acerca de esa clase de funciones de la escuela durante los últimos años. Cometí el error de asistir a un baile en la secundaria. Fue al comienzo de mi séptimo grado, cuando la tortura por mis compañeros dirigida por Demi acababa de comenzar y se encontraba todavía en su etapa menos brutal. Fue escoltada por algunos de los profesores y unos cuantos padres, y sin embargo, Demi se las arregló para hacerlo un día horrible para mí.
Había robado el dinero suficiente a mis padres para comprarme un “nuevo conjunto” en la tienda de segunda mano. Compré un par realmente lindo de pantalones Capri y un suéter de cachemira color rosa. Pasé algún tiempo extra haciendo mi cabello en rizos y me había incluso colado dentro de la habitación de mi madre para usar un poco de su maquillaje.
Demi obviamente pasó algún tiempo pensando en cómo humillarme. Convenció a Brad Johnson, uno de los más lindos y populares chicos en la escuela para ayudarla, así como algunos otros chicos, chicos y chicas. Había tenido un pequeño enamoramiento con Brad, como lo tenía el noventa por ciento de las chicas que iban a esa escuela. No sólo era lindo, era un estudiante de octavo grado. Por supuesto, Demi era la chica más bonita de la escuela, así que estoy segura que no tomó mucho para conseguir la ayuda de Brad.
El baile iba bastante bien, con un montón de chicos bailando. Yo, por supuesto, estaba sentada sola en las gradas en el sobre climatizado, gimnasio lleno de sudor. Quería bailar pero no tenía las agallas para preguntarle a alguien, ni para bailar por mí misma como muchas de las chicas hacían.
Entonces Brad se acercó a mí.
Él me invitó a bailar y sentí una oleada de alegría, Brad Johnson me escogió a mí. Por un minuto sentí un sentido de justicia, esto le mostraría a Demi y a todas las otras chicas. Lo seguí a la pista de baile llena de gente. Era una canción rápida y había chicos por todo el lugar, chocando uno con otros, así que no se me ocurrió pensar que había algo extraño sucediendo.
Brad sonreía por encima de mi hombro de vez en cuando y fui lo suficientemente estúpida para pensar que estaba orgulloso de estar bailando conmigo, que él sonreía a sus amigos. Pero pronto me di cuenta de las risas detrás de mí, y la gente apuntando y susurrando detrás de sus manos el uno al otro, la risa difundiéndose y volviéndose más fuerte. Miré detrás de mí y no vi nada que fuera divertido.
Entonces vi a la señora Cowan la entrenadora del gimnasio apresurándose hacia mí. Ella me apartó de Brad, y me llevó rápidamente hacia las puertas que conducían a los vestuarios. Me aparté, preguntándole a dónde me llevaba.
No había hecho nada malo ¿o sí?
—Entremos en los vestuarios y hablaremos ahí. —dijo con urgencia. Miré detrás de mí y vi a todos ahora riendo y señalando en mi dirección. Vi a Brad, con su brazo alrededor de Demi, también riendo, y a Demi sonriéndome como el gato Cheshire. Una vez en el vestidor de chicas, la Sra. Cowan me llevó hacia los baños.
—¿Qué está pasando? —Le pregunté, comenzando a sentir
un poco de miedo.
—Cariño, odio decirte esto, pero parece ser que tu periodo
ha comenzado.
—¿Qué? —Estaba aturdida, ya que mi período había
terminado la semana anterior.
—¿Traes una toalla femenina contigo?
—No, no tengo. —Mi estómago empezó a doler con temor.
La Sra. Cowan se apresuró a entrar en la oficina de la
secundaria y regresó, presionando el bulto blanco en mi
mano. Entré en la cabina del baño con temor ¿Podría mi
periodo haber comenzado de nuevo tan pronto? Cuando
llegué ahí, era obvio que la sangre estaba sólo en el
exterior de mis pantalones, y de ninguna manera provenía
de mí.
Lo primero que pensé fue que alguien estaba herido y se
había desangrado en mí. Extendí la mano para abrir la
puerta para informar a la Sra. Cowan, pero entonces mi
mente tardíamente comenzó a procesar información, la
cantidad de sangre en mí tenía que haber venido de alguien
gravemente herido. Incluso si hubiera sido de mi periodo,
no podría haber sangrado tan profusamente con tanta
rapidez.
Entonces recordé las sonrisas de Brad por encima de mi
hombro, todos los chicos chocando contra mí, una
sensación de humedad en mi espalda que pensé que era tal
vez sólo el sudor por el calor. Sobretodo recordé la sonrisa
de Demi. Fue entonces cuando supe que ella había hecho
esto. No estaba segura si la sangre era real o algo que
había preparado, pero realmente no importaba. Era la
humillación la que importaba, ella había querido humillarme
y se había asegurado de que se llevara a cabo.
Nunca he olvidado la completa mortificación por las risas,
seguidas cuando regresé a la escuela al día siguiente y
teniendo chicos señalando y riéndose, aventándome toallas
femeninas y tampones mientras caminaba por los pasillos,
hacia mi casillero que estaba cubierto con toallas femeninas
en el exterior.
Había jurado entonces que nunca me pondría en la posición
de ser degradada así de nuevo, por lo que he evitado todas
las actividades extracurriculares de la escuela,
especialmente los bailes. No puedo ni siquiera pensar en ir
a un baile sin recordar ese día y revivirlo. No es una
historia que esté dispuesta a compartir con Nick,
especialmente por todo el conocimiento que tiene ahora
acerca del resto de mi vida. Sé que probablemente ha
escuchado alguna de las historias sobre mí de sus amigos,
pero sólo una chica puede entender la completa humillación
de esta en especial, así que dudo que ninguno de los chicos
realmente lo recuerde.
Por lo que no le diré la verdadera razón y no tengo una
realmente buena excusa para no ir que no sea sólo decir
que no quiero, él sigue preguntándome, tratando de
convencerme.
—Será nuestro único baile de graduación, tenemos que ir —
me dice. Le digo que él debería ir, con alguien más. No
tiene idea de cuánto me cuesta decirle que lleve a alguien
más, con los celos comiéndome, pero él se niega de todos
modos, tanto para mi alivio y disgusto.
—Mi mamá estará decepcionada si no toma fotografías de
nosotros para su libro de recuerdos— me dice, y sé que ella
podría estar un poco decepcionada, pero también creo que
parte de Denisse siente instintivamente por qué no quiero ir
por lo que nunca presionaría.
—Avery estará devastada si no usas su vestido —dice, y
tengo que admitir que ese es uno de los argumentos que
casi influye en mí. No quiero que ella piense que no me
gusta su vestido. Luego pienso en su hermosa creación
arruinada por alguna broma, y mi decisión se fortalece.
—Real, realmente quiero ir contigo, y estar contigo esa
noche— me dice, y al final llegamos a un compromiso.
Dejaré que Avery me vista con el vestido que hizo para mí,
y hará mi cabello, pero Nick me llevará a algún otro lugar,
lejos de cualquiera en que el resto de los chicos de la
escuela pueda estar. Nick parece feliz con ese compromiso,
y pronto está tramando algo secreto para esa noche que no
me dirá. Le hemos dicho a Avery que vamos a ir al baile de
graduación y eso la hace tan feliz que me siento culpable
por el engaño, pero no lo suficientemente culpable para
rendirme.
***
Cada día tengo o tutoría o terapia física, y soy
completamente dependiente de Nick y su familia. Mi padre
ha regresado a sus viejas costumbres, rara vez volviendo a
casa del trabajo hasta que ha pasado varias horas en el bar
bebiendo. Trato de esconder eso de Nick y Denisse en
especial, pero puesto que son ellos dos quienes pasan más
tiempo en mí casa o llevándome a algún lugar, pronto se
hace muy evidente.
Una noche, Nick me trae a casa, y me acompaña dentro
como siempre. Nos estamos diciendo buenas noches
cuando mi padre regresa a casa, un poco más temprano de
lo usual. Se tambalea dentro, casi cayendo mientras nos
pasa. Nick lo atrapa.
—Whoa, Sr. Mosley, ¿está bien? —pregunta, arrastrando a
mi padre en una posición vertical.
—Nick, eres un buen chico —dice, arrastrando las palabras,
palmeando descuidadamente a Nick en la mejilla. Nick me
mira y siento mis mejillas ardiendo con vergüenza.
—Él está bien, sólo necesita ir a la cama —murmuro,
abrazando mis brazos a mí alrededor, preguntándome si el
piso se abrirá para poder desaparecer en el interior.
—¿Esto sucede a menudo? —pregunta Nick, aun
estabilizando a mi padre, quien está ahora cantando una
obscena canción que hace mi rostro arda más
brillantemente.
Me encojo de hombros, no queriendo mentir, pero no
queriendo admitirlo tampoco.
—¿Estás segura aquí? —pregunta Nick, una pregunta
razonable considerando lo que sabe acerca de cómo ha
sido mi vida, pero sigo mortificada de que él tenga siquiera
pensar en hacerla.
—Por supuesto que lo está —interviene mi padre,
interrumpiéndose en medio de su canción, una pequeña
bendición, y trata de ponerse de pie un poco más alto—.
Cierro las puertas con llave yo mismo.
Ruedo mis ojos. Obviamente eso no es a lo que Nick se
refiere.
—Sí, lo estoy —le digo. Nick me mira dudosamente, pero
luego acepta lo que digo como la verdad.
—Está bien. —Sostiene de nuevo a mi padre, quien se está
inclinando peligrosamente—. Sr. Mosley, vamos a llevarlo a
su cama.
—Oh, Nick, no. —Doy un paso adelante, con la mano
extendida, horrorizada ante la idea de Nick teniendo que
ayudarlo de esa manera.
—Puedo hacerlo.
—¿En serio? —Suena dudoso, mirando mi yeso
significativamente.
—Claro. —Trato de sonar seguirá, pero fallo. Nunca le he
ayudado a ir a la cama antes.
—Espera aquí —dice Nick—. Volveré.
Observo, consternada, como Nick medio lo arrastra por las
escaleras, escuchando atentamente para ver si Nick va a
necesitar ayuda. Al poco tiempo, él vuelve a bajar las
escaleras.
—Está desvestido y en la cama —me dice con indiferencia,
mi vergüenza al haberlo tenido no sólo como testigo de
esto, sino también como realmente parte de esto, retuerce
mi estómago—. Creo que él estará bien.
—Nick, lo siento mucho.
—¿Por qué? No lo llevaste afuera y derramaste bebidas por
su garganta.―No puedo decir nada, mi garganta está
atascada con palabras de disculpa. Él ve la expresión en mi
rostro, y tira de mí cerca.—Miley, ¿por qué no me
dijiste que esto era un problema de nuevo?
Sacudo mi cabeza contra su pecho, aún incapaz de hablar.
—No deberías estar aquí. —Frunce el ceño.
—Tengo que estar. Ésta es mi casa. —Estoy a punto de
ahogarme con la palabra, comparando automáticamente mí
casa con la de él.
—Estoy preocupado por ti.
—Lo sé. —Tomo una profunda respiración y lo miro—. Pero
prometo que está bien. Él no me lastima. Sólo no vuelve
mucho a casa, y a veces cuando lo hace, está así —digo,
mirando hacia las escaleras.
—No me gusta dejarte aquí de esta manera. —Su voz es
urgente con preocupación. Lo abrazo.
—Todo estará bien —le prometo, sin estar segura en
absoluto de que nada estará bien nunca más.
El día del baile de graduación inexorablemente llega. Hace tiempo que me han quitado mi yeso y la mayor parte de mi cojera, y estoy luciendo unas cuantas cicatrices nuevas, pero nada tan extremo que indique lo que ocurrió cuatro meses atrás que cambió mi vida tan drásticamente.
Avery está encantada de que estaré usando su vestido para el baile, y siento un poco de culpa por mi falta de honestidad, pero por mucho que la quiera, aún no voy a ceder en este caso. La dejo arreglar mi cabello en largos rizos, un proceso que lleva casi dos horas porque ella insiste que cada rizo debe ser simplemente perfecto. Habla todo el tiempo, contándome los últimos chismes de ella y sus amigos. No puedo evitar comparar su increíblemente emocionante experiencia en la escuela secundaria, con la que había sido mi propia horrible experiencia aterradora.
Incluso le dejo poner un poco de rímel y brillo de labios en mí, ella insiste en que los necesito para las fotos. Me promete hacer las fotos tan pronto como lleguemos antes de que Nick pueda besarme y quitar el brillo de labios, mientras lo dice con un tono de disgusto, y mi rostro arde con vergüenza.
Previamente ha hecho una promesa con Nick que él no me besará hasta después de las fotos. Mi culpa se amontona cuando me pregunto cómo le explicaré por qué no hay ninguna foto. Posiciona a todos al pie de las escaleras en el pasillo de la entrada, el área de la casa que menos me gusta, antes de dejarme salir, insiste en que haga una aparición, una vez más, bajando las escaleras cuando todos están ahí, Denisse con cámara en mano. Avery se encuentra en la parte superior de las escaleras para poder observar las reacciones de todos. Estoy aprendiendo que tiene un talento para lo dramático, y yo soy su conejillo de indias preferido.
No veo las reacciones de todos, porque una vez que llego a la parte superior de las escaleras, mis ojos van infaliblemente a Nick, y no creo que pudiera mirar a otro lado aún si mi vida dependiera de ello. Él está al pie de las escaleras, luciendo más alto, más ancho y más hermoso de lo que lo he visto en su esmoquin negro. Ha peinado su cabello hacia abajo, pero no pasará mucho tiempo antes de que inconscientemente pase sus dedos por él y esté de punta de nuevo. Sonrío y casi rio cuando lo hace en ese momento, mi corazón derritiéndose ante la familiar vista.
Sus ojos lentamente descienden a lo largo del vestido, luego suben de nuevo y una lenta sonrisa cruza su rostro. Llego al pie de las escaleras, y él alcanza mi mano, inclinándose para besarme atraído como un imán al acero, incapaz de evitar la atracción hacia el otro.
—¡Nick, lo prometiste! —Nos llega el grito de Avery mientras se apresura a bajar las escaleras.
—Oh, lo siento —murmura Nick, alejándose. Pero la sonrisa en su rostro y la mirada en sus ojos dice que no lo siente en absoluto. Le devuelvo la sonrisa.
—Aquí —dice Avery, armada con el brillo de labios, como si hubiera esperado que Nick rompiera su palabra. Lo vuelve a aplicar, todos riendo ante su ira —Puedes besarla todo lo que tú quieras después, Nick, pero no hasta después de las fotos.
Nick levanta sus manos en señal de rendición, con sus ojos aún pegados a los míos.
—Está bien, está bien, lo prometo esta vez de verdad. Sólo lo olvidé por un minuto.
—Eww —Avery y Lucy gimen juntas.
—Está bien, ustedes dos, por aquí —dice Denisse, posicionándonos, antes de ordenar a Nick que se limpie mi brillo de sus labios. Las fotografías se toman, todos diciéndonos cuán bien lucimos y dándonos un abrazo, antes de irnos. Nos subimos al coche de Nick y me giro hacia él.
—¿Cuánto tiempo piensas que necesitamos ocuparnos antes de que sea seguro regresar?
—No te preocupes, estaremos fuera el tiempo suficiente.
—¿Qué es lo que tienes bajo la manga? —pregunto sospechosamente.
Él se ríe y se inclina para besarme, alejándose antes de que sus labios toquen los míos.
—Oops, casi rompo mi promesa de nuevo.
—No importa ¿verdad? No habrá ninguna foto.
Se encoge de hombros.
—Tal vez.
Lo miro aprehensivamente.
—Nick, lo prometiste. Sin baile.
—No te preocupes —me repite —No romperé mi promesa contigo. Pero necesito que cierres tus ojos, y no los abras hasta que yo te diga.
—Nick… —le advierto.
Él se acerca y aprieta mi mano.
—Confía en mí —dice, y porque confío en él, más de cualquiera que conozco, cierro mis ojos.
Después de unos minutos siento el coche salirse de la carretera hacia un camino de tierra. No conducimos mucho antes de que él se detenga y apaga el motor.
—¿Ojos cerrados? —pregunta.
—Sí —contesto, curiosa ahora.
—Está bien, quédate aquí. —Él abre su puerta, sale y la cierra de golpe. Unos segundos después mi puerta se abre y me ayuda a salir.
—Mantenlos cerrados hasta que yo diga —advierte—. El suelo está lleno de baches, pero no te dejaré caer.
Me lleva a través del terreno desigual y puedo sentir la luz cambiando un poco detrás de mis párpados, volviéndose más brillante, pero no tanto como si estuviéramos en el interior de una casa.
—Está bien —dice—. Puedes abrirlos.
Abro mis ojos. Delante de mí está la escena sacada de una película. Nick me ha traído al claro en un pequeño bosque que se interpone entre nuestras casas. Ha hecho una fogata, la fuente de la luz, y ha traído una mesa para dos, con velas y servilletas dobladas. Hay incluso luces claras de Navidad parpadeando en los árboles. Él se aleja y pulsa un botón del equipo de música, comienza la música, la misma que podría estarse escuchando en el baile de la graduación ahora mismo.
Me mira sonriendo, pero puedo leer la incertidumbre en su rostro, inseguro de mi reacción. Me acerco a él, alcanzándolo para entrelazar mis brazos alrededor de su cuello y tiro de él para besarlo.
—¡Me hiciste mi propio baile de graduación! —exclamo—. Es increíble. Eres increíble.
—Avery va a estar realmente molesta —dice con una sonrisa, besándome de nuevo, haciendo desaparecer el brillo de labios.
—¿Qué es lo que ibas a hacer? ¿Tomar una foto de nosotros en los árboles y decirle que el tema era del bosque? —bromeo.
—Aún mejor —dice, llevándome al escenario medio escondido entre los árboles que no había visto antes. Acciona un interruptor y una luz brillante de fotógrafo se enciende, iluminando como si estuviéramos dentro de una casa.
—¿Cómo en el mundo…?
—Amber, la novia de Corey pintó el telón de fondo para el baile, así que le pedí que hiciera otro para mí
—¿Cómo conseguiste electricidad en medio de todos estos árboles? — pregunto, mirando la luz brillante.
—Hay un generador colina abajo —dice, señalando.
—Inteligente —murmuro.
—Y de esta manera, Avery nunca sabrá que estuvimos en cualquier lugar más que en el baile de graduación.
—Oh, no. —Río, colocando mis dedos sobre mis labios sin brillo. Nick sonríe, metiendo su mano en su bolsillo y sacando un tubo de brillo de labios.
—Ella nos conoce muy bien —dice —Así que lo puso en mi bolsillo antes de salir.
—Entonces tomemos la foto para no tener que preocuparnos por eso —me río—. ¿Pero quién va a tomar nuestra foto?
—Apuesto a que uno de nuestros camareros lo hará —dice astutamente.
—¿Camareros? —pregunto, con el ceño fruncido en confusión. Escucho otro coche subiendo la colina y él sonríe.
—Ahí están —dice. Denisse y el Dr. Jonas llegan al claro, vestidos con pantalones vaqueros y camisas blancas y un delantal. Me río ante la vista.
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Comenten
AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarOMG! ME ENCANTOOOOOOO QUE CAPITULOS MAS INCREIBLES
NO LA PUEDES DEJAR AHI JFJFJTGKGTOKHKJMK
ESTA NOVELA ES HERMOSA EN SERIO
NO LA DEJES AHI SUBE OTRO CAPITULO YA!!!!!!!!!
SIGUELAAAA PORFIS!!!!!!!!!
BESOS Y SIGUELAA!!!!!!
wooow asombrosos los capitulooos los ameeeeee siguela baby ;)
ResponderEliminaratte: Candela
hahahha me encanto, bitch por que no me dijiste que la mama de Miley moria?? me engañaste. Estupida Miley indecisa por que no le acepto la proposicion a Nick?? aunque con lo insegura que es.... siguela pronto =D
ResponderEliminarAHHH ME MUEROOOO, DIOS NO TUVO INTERNET RECIEN LEO SORRY PERO ME ENCANTOO DIOS ME DIO PENA LA MADRE DE MILEY MURIERA :/
ResponderEliminarOJALA EL PADRE DE MILEY VUELVA A CAMBIAR, NICJ ES UN AMOR CON MILEY ME ENAMOROO TODO LO QUE HACE CON ELLA SIGUELA POR FA ESTA BUENISIMAAA :)
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