miércoles, 3 de julio de 2013

Asleep - Cap: 16

—¿Eso es todo lo que somos? ¿Amigos?
—Uh... —mis pensamientos se dispersan de nuevo.
—Porque pensaba que éramos algo más. —Él baja la cabeza hacia la mía. Cuando sus ojos están a sólo centímetros de los míos, me pregunta —¿Cuántos amigos hacen esto? —
Entonces su boca está en la mía.

Calor fluye a través de mí como siempre lo hace cuando estamos así de cerca, como si estuviera en llamas. Esta noche es más intensa ante el hecho de que he estado a punto de revelarle mi amor por él. Había estado a punto de decírselo antes, y creo que él lo sabe. Tan pronto como pensé en las palabras, supe que era verdad, que siempre será verdad. Aunque no puedo decirle ese pensamiento, sabiendo que lo que tenemos es sólo por ahora, que tan pronto como nos graduemos él se irá lejos a la universidad. Para el momento que él regrese, su vida habrá avanzado, probablemente con alguien más. Celos brotan a través de mí.

Escuchamos la puerta del garaje abrirse, y nos separamos mientras la puerta se abre, dispersando a la familia dentro. Todos ellos llegan corriendo para besar a Nick y abrazarme, incluso sus padres. Con ellos aquí, el ambiente es animado y vívido, la intimidad se ha ido. Pero aun así, mientras hacemos nuestros trabajos. 

Nick mantiene su mano entrelazada con la mía, con su pulgar trazando el dorso de mi mano, convirtiendo mis pensamientos en puré. Es sólo cuando mira hacia mí por debajo de sus pestañas con una sonrisa secreta, que me doy cuenta de que sabe exactamente lo que me está haciendo. Pienso en alejar mi mano para limpiar la presunción de su rostro, pero entonces estaré sin su tacto. No soy lo suficientemente tonta para torturarme a mí misma sólo para demostrar un punto. Más tarde, mientras nos vamos para que Nick me lleve a casa, Denisse camina con nosotros a la puerta.

—¿Te dijo Nick que nos vamos a Florida para las vacaciones? —pregunta ella. Mis ojos vuelan hacia Nick. ¿Se irá? Mi horror debe mostrarse en mi rostro, porque él responde por mí.
—No, mamá, aún no le he dicho.
—Oh —la respuesta de Denisse es casual, como si me acabara de decir que estaré pasando dos semanas en miseria. Nick aprieta mi mano.
—Bueno, de hecho, sé que es Navidad, que son en realidad vacaciones en familia...— Hah, pienso, no de donde yo vengo, es sólo un día más —pero realmente nos gustaría que vinieras con nosotros, si crees que estaría bien con tus padres.

La miro, asombrada. ¿Quieren que vaya con ellos en sus vacaciones familiares?
—Los padres de Paul viven allí, así que iremos hacia abajo a pasar un tiempo con ellos.
—¿Quieren que vaya con ustedes? —No estoy segura si la he escuchado bien.
—Bueno, sé que es un poco extraño, preguntarle a tus padres si puedes ir a un viaje con la familia de tu novio…― Miro a Nick ante la palabra novio, y él simplemente me sonríe arrogantemente, con una ceja levantada, retándome a disputarle el uso de la palabra.
—No es tanto como que... —comienzo, con cada fibra de mi ser queriendo gritar que sí —La Navidad no es una gran celebración en nuestra casa…— El eufemismo del año —Es más, um…— Estoy avergonzada al tener que decirle que no hay forma posible de que me lo pueda permitir. Ella espera—. No es que no me gustaría, me encantaría, pero... uh...
—Piensa en ello —dice ella, dándose cuenta de mi malestar y dejándome dándome un respiro —Habla con tus padres y hazle saber a Nick. Nos encantaría que vinieras con nosotros.

No tiene idea cuán tortuosas son sus palabras. Daría mi brazo sano izquierdo para ir, y el brazo roto también, pero ya que no conozco un lugar donde vender mis brazos, sé que es sólo una fantasía. Conducimos a casa en su mayoría en silencio. Cuando nos detenemos en frente de mi casa, él apaga el motor del coche y se vuelve hacia mí.
—No puedo creer que no me dijiste que te ibas —le digo.
—Mamá quería pedirte que vinieras ella misma, y habría sido una tortura para mi decirte que me iba y no ser capaz de pedirte que vinieras. Si no puedes ir, voy a organizar un motín y me quedaré en casa.
—¿Y perderte al abuelo Nicholas? —Estoy bromeando, pero puedo ver la decepción que pasa a través de su rostro ante la idea. —No puedo ir, Nick.― Su mandíbula se aprieta, pero su voz es resignada.
—Tus padres no te dejarían, ¿verdad?― Trato de imaginarme incluso preguntándole a mis padres, pero no puedo imaginarme siquiera llegar a ese punto.
—No, no es eso. Es... bueno, mira. —Barro mi mano hacia mi pequeña casa en ruinas en mí resumido vecindario. Él mira, entonces me mira a mí, con el ceño fruncido en confusión.
—¿Y?
—Nick, mira mi ropa— Él lo hace —Si pudieran permitirse el lujo de mandarme a Florida para Navidad, podrían darse el lujo de comprarme al menos un vestuario que no fuera de segunda mano— le digo, avergonzada de admitir esto.
El rostro de Nick se aclara.
—¿Ese es el impedimento? ¿Dinero?    
—Hablas como alguien que tiene de sobra —refunfuño.
—Miley, cuando mi mamá te pidió que vinieras, sabía que no podrías pagarlo.
—Entonces, ¿por qué...? —Mis pensamientos inmediatamente se vuelven a preguntar por qué haría ella algo tan cruel, haciéndome bromas como esa.
—Tienen la intención de pagar por ti.
—¡No! Nick, no. No puedo aceptar eso. No soy un caso de caridad— Miento, sabiendo que eso es exactamente lo que soy.
—Miley, cariño— mi corazón da un vuelco ante la ternura, la primera de sus labios ―no se ofrecerían si no quisieran. Mi familia entera está loca por ti. Es vergonzoso de admitir, pero sabes que pueden darse el lujo.
—Eso no significa que prefiera tomarlo.
—¿Dejarás que tu orgullo te impida pasar las vacaciones conmigo y mi familia?— Sé que está tratando de hacer cualquier tactica, incluso la de la vergüenza, para que cambie de opinión. El problema es, que está funcionando un poco.
—No hagas eso.
—¿Qué? —Él tiene genuina curiosidad.
—No lo hagas parecer como si mi orgullo estuviera evitando esto de ser una realidad. Es una cuestión de correcto e incorrecto. Y es incorrecto dejar que alguien gaste tanto en mí.
—No es tanto. No cambiará el costo del lugar en el que nos quedaremos, o la mayoría de las comidas que comeremos allí, ya que estaremos comiendo sobre todo en la casa de la playa que estemos alquilando. Es algo que ellos realmente quieren hacer. Romperás el corazón de mamá si dices que no— Está empezando a sonar como una dolorosa posibilidad, dolorosa porque no es posible, ¿verdad? Entonces él dice lo que logra agrietarme un poco.
—Romperás mi corazón si no vienes.
Suspiro. —Estoy bastante segura que ella no me dejará ir de todos modos— le digo, señalando con mi pulgar hacia mi casa. Su sonrisa repentina es brillante y victoriosa.
—¿Pero preguntarás? —Está triunfante. No puedo permanecer fuerte ante la presencia de su alegría.
—Preguntaré.
—¡Sí! —Dispara un puño en el aire como si justo hubiese anotado un touchdown. Me besa con entusiasmo —¿Cuándo?
—¿Cuándo qué? —pregunto.
—¿Cuándo preguntarás?
—Oh. Uh, no lo sé. Cuando sea el momento adecuado, supongo. Su ánimo se desinfla sólo un poco.
—Está bien. Pero no esperes demasiado tiempo. Es en tan sólo dos semanas.




El siguiente sábado me levanto temprano y me pongo a limpiar la casa en silencio, pero a fondo. He estado tomando ventaja de la culpa de mamá y flojeando en mis tareas de sirvienta. Hoy necesito ser agradable porque le preguntaré sobre lo de Florida. Limpio, friego y organizo, y me aseguro de que cuando la escuche levantarse le espere un agradable almuerzo. Estoy tranquila, quedándome lejos de su camino, pero disponible por si es que me necesita.

Para el momento en que su cena está cocinada, servida y todo limpio, estoy exhausta. Realmente quiero estar con Nick. Entro en la sala de estar, donde está sentada mirando una vieja revista, probablemente robada de su última visita al doctor en búsqueda de drogas. Me siento junto a ella, y me mira con una expresión cautelosa.
—Mamá, me preguntaba si podría hablar contigo― Ella deja la revista de lado, primero, y vuelve su atención hacia mí. —Tengo algo que preguntarte— Trago nerviosamente. 

Ella estira su mano hacia mí, y me estremezco lejos instintivamente. Se detiene abruptamente, con su mano congelada en el aire entre nosotras. Algo como tristeza ensombrece sus ojos. Sostiene ahí la mano hasta que el pánico deja mi rostro y me siento derecha nerviosamente. Toca mi mejilla con amabilidad.
—No he sido demasiado buena madre para ti ¿verdad?― Estoy segura de que mi boca cae abierta, pero no voy a estar de acuerdo con ella y alterarla. —Lo siento por eso. Me gustaría que pudiéramos regresar el tiempo... — Mira hacia otro lado, dejando caer su mano—. ¿Qué querías preguntar?
Tomo un respiro.
—Tengo un amigo— Casi sonrío ante la palabra, pensando en el rostro de Nick cuando le llamé amigo —Y la familia de mi amigo me invitó a ir a un viaje con ellos durante las vacaciones escolares.
—¿Se aproximan tus vacaciones escolares?
—Sí, mamá, para Navidad.
—Oh.
Aguanto la respiración. No ha dicho que no aún, y tampoco se ha enfadado.
—¿Quieres irte lejos en Navidad? —Me mira, sorprendida. Asiento con la cabeza. Ella deja escapar un suspiro. —Pero, ¿qué voy a hacer sin ti aquí?
—Son sólo dos semanas. Entonces estaré en casa de nuevo.
Sacude la cabeza, y siento una decepción punzante.
—Bueno, supongo que es lo menos que puedo darte ahora.
La miro fijamente. ¿Está diciendo...? Ella me mira.
—¿Puedo ir? —Me atrevo a preguntar.
—Supongo. —Suspira.
Una amplia sonrisa divide mi rostro.

Me siento como si me estuviera elevando sobre el suelo, más alto de lo que he podido hacer en mi columpio. Me pongo de pie, controlando mi reacción para que no tenga razones para arrepentirse. En un arrebato, me inclino y beso su mejilla.
—Gracias —le digo. Me apresuro a subir las escaleras a mi habitación, encerrándome antes de caer en mi cama en éxtasis, riendo ante mi buena suerte. Es mucho más de lo que podría haber esperado.

Esa noche sueño.

El cielo está gris y nublado. Me apresuro a salir a balancearme a primera hora de la mañana, mi primera vez después de que lo entregaron y fue cimentado por los hombres grandes de la entrega. Es el momento más tranquilo del día; no hay gritos todavía. Sé que habrá un montón de gritos hoy, porque papá ha vuelto a casa realmente tarde de nuevo ayer por la noche, tropezando y maldiciendo en voz alta mientras se golpeaba contra las paredes.

El maldecir y tropezar había comenzado dos días antes cuando papá llegó a casa temprano de trabajar, anunciando que había perdido su trabajo. Olía a bebido, y arrastraba todas las palabras.

Nunca ha habido ninguna maldición en nuestra casa, y papá nunca había bebido antes. Sólo sabía que estaba borracho porque mamá lo había llamado así el primer día. Había salido furioso de la casa, golpeando la puerta y fue entonces cuando sus lágrimas habían comenzado. Esa noche, cuando llegó a casa, los gritos comenzaron. Continuaron hasta la siguiente tarde, cuando él finalmente salió a trompicones de la cama, y fue seguido por otro portazo cuando salió furioso, entonces hubo más gritos esa noche cuando regresó a casa borracho de nuevo. Sé que será lo mismo hoy porque hay un nuevo patrón que se está formando en nuestra familia.

Mamá está llorando mucho. Tiene una nueva y cansada expresión alrededor de su boca que no he visto antes. Estoy asustada. No me gusta. Me hace sentir vulnerable. Así que me quedo en mi cuarto, escondida, sólo saliendo cuando mamá viene a buscarme para el almuerzo o la cena. 

En este, el tercer día, sé que el cemento está seco, y quiero columpiarme. Así que lo hago, sin pedir permiso primero. Me agarro de las cadenas a ambos lados a medio balanceo y me impulso con mis pies. Al comenzar a columpiarme, siento mi mundo enderezándose un poco. A pesar de que soy una chica joven, puedo reconocer la normalidad de la actividad, un niño fuera en su columpio, sin gritos procedentes de su casa.

Mientras me empujo más alto, siento una opresión en mi abdomen con cada gota que cae hacia la tierra. Pronto, estoy bastante alto, casi lo suficientemente alto para ver el patio del vecino. No sé cuánto tiempo he estado columpiándome cuando escucho a papá llamar a mamá. Ella responde con su grito, y entonces ambos empiezan a discutir en serio, sus voces volviéndose cada vez más fuertes.

Me columpio más alto.

El viento silba en mis oídos, empañando el sonido de algo más, así que me empujo más alto. No me bajo del columpio cuando papá comienza a llamarle por nombres con los que definitivamente lavarían mi boca por decirlos. No me bajo cuando ella le grita de regreso. No me bajo cuando escucho el sonido de algo que suena como alguien siendo golpeado en la mejilla, o cuando el llanto lastimero comienza, o cuando papá golpea la puerta principal, y sus neumáticos chillando mientras acelera. Ni siquiera me bajo cuando vuelve la tranquilidad, y el tiempo pasa y mi estómago gruñe con hambre.

Me imagino que el balanceo tiene que ser algo bueno, seca las lágrimas que nadie más hará. Entonces, el sueño familiar, un recuerdo real, cambia. Sigo balanceándome, pero no estoy sola. Nick está junto a mí, sosteniendo mi mano. En lugar de los aterradores ruidos viniendo de mi casa, escucho risas. De repente, el resto de la familia de Nick sale de la puerta de atrás para unirse a nosotros.

Ellos son la fuente de la risa. Lo más sorprendente de todo, es que son seguidos por mis propios padres, no como son ahora, sino como habían sido antes. Jóvenes y felices, sonriendo el uno al otro y sonriéndome a mí.
Me sacudo despierta, siento las lágrimas deslizándose por mis mejillas. Sonrío ante el nuevo giro de mi sueño, pero mi sonrisa se desvanece cuando me doy cuenta de cuán imposible es. Mis lágrimas se convierten en un torrente de autocompasión mientras entierro el rostro en mi almohada, rezando por un sueño sin sueños que me lleve lejos.

Espero hasta que estoy en la casa de Nick en la cena del domingo para darle la noticia. Les digo a todos en la cena, y estoy gratamente sorprendida por su respuesta. Denisse aplaude, Christine chilla, y Avery y Lucy saltan con júbilo, rodeando la mesa para abrazarme con alegría. 

El Dr. Jonas se extiende a través de la mesa para apretar mi mano. La mejor reacción es de Nick. Él no dice nada, sólo inclina la mandíbula contra su puño. Pero su rostro está iluminado con felicidad, la sonrisa en su rostro y la mirada en sus ojos son sólo para mí, con satisfacción irradiando de él.

Llego a casa del colegio un día antes del que tenemos programado para salir y encuentro una vieja maleta sobre mi cama. La abro y dentro hay un billete de cien dólares, clavado en una nota que simplemente dice: “Feliz Navidad”. Sé lo que les costó, y siento las lágrimas comenzando a salir por la bondad detrás de esto.

No me toma mucho tiempo empacar, ya que realmente no poseo mucha ropa, arrojando mis artículos personales en bolsas de supermercado y poniéndolas dentro de la maleta. Tengo un traje de baño viejo, ya que lo había requerido el año anterior para la clase de gimnasia, así que lo tiro dentro también, sin saber si lo voy a necesitar o no.

Por último, guardo mi andrajosa pijama, con la esperanza de que Nick no tenga ocasión de alguna vez verme con ella. Le digo a Nick que probablemente me quede en casa esta noche, ya que me iré por tanto tiempo. Me aterroriza, sin embargo, que ella pueda entrar y llevarse esto lejos de mí en el último minuto. 

Sé que su familia ha preparado esto por ellos mismos y probablemente no me necesitan con los pies allí, así que no importa lo mucho que quiero estar con él, me quedo en casa. Veo como el dinero se hunde en el bolsillo, y de repente, decido hacer algo. Necesito ayuda sin embargo. Llamo a Nick y le pregunto si me puede ayudar. Cojo el dinero que habían dejado en la maleta y bajo al primer piso, sin ninguna prisa salgo por la puerta principal.

Él me lleva primero al centro comercial. Le obligo hacer la promesa de que me esperara en el coche para que no sea capaz de ver lo que estoy haciendo. Voy a uno de los quioscos que venden chucherías y elijo un adorno de plata para mis padres. Recojo algunas otras cosas para Nick y su familia, y un rollo de papel de regalo con tema de Navidad.

En una tienda de descuento puedo comprar un pequeño árbol de Navidad de plástico pre-decorado para poner en la sobre mesa. No es para nada como el gran pino de Denisse que está cubriendo con cosas bellas, pero es más de lo que comúnmente tenemos; que es ningún árbol en lo absoluto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario