domingo, 27 de enero de 2013

Perfecta Cap: 45


Miley asintió y se volvió. Abrió el sobre con rapidez mientras salía del living, con la intención de dirigirse a su dormitorio, pero como el comedor estaba más cerca, fue hacia allí, sin darse cuenta de que seguía estando dentro del radio de visión de sus visitantes. Se preparó para otra filípica condescendiente de Nick acerca de lo infantil y absurdo que era darle importancia a la relación que habían mantenido en Colorado. Pero cuando desdobló la carta y empezó a leerla, la ternura y el júbilo que inundaron su corazón cicatrizaron todas las heridas. El mundo entero desapareció y lo único que existió para ella fueron esas palabras increíbles que estaba leyendo y el hombre que se las había escrito sin pensar que ella llegaría a leerlas...

Mi querida Miley, nunca leerás esta carta, pero me ayuda escribirte todos los días. Te mantiene cerca de mí. ¡Dios, cómo te extraño! Tu recuerdo cada hora de mi vida. Ojalá no te hubiera conocido. No, no dije eso en serio. ¿De qué me serviría la vida sin los recuerdos de ti que me hacen sonreír?
Me pregunto constantemente si eres feliz. Quiero que lo seas. Quiero que tengas una existencia gloriosa. Por eso fue que no pude decir las cosas que sabía que querías que dijera mientras estuvimos juntos. Temí que, si lo hacía, me esperaras durante años. Sabía que querías que te dijera que te amaba. No decírtelo fue lo único generoso que hice en Colorado, y ahora hasta lamento eso.
Te amo, Miley. ¡Dios, te amo tanto!
Renunciaría a mi vida entera con tal de tener un año contigo. Seis meses. Tres. Lo que fuera.
Me robaste el corazón en pocos días, mi amor, pero me diste el tuyo. Sé que lo hiciste... lo veía en tus ojos cada vez que me mirabas.
Ya no lamento haber perdido la libertad, ni me enfurezco ante la injusticia de los años que estuve encerrado en la cárcel. Ahora lo único que lamento es no poder tenerte a ti. Eres joven y sé que me olvidarás con rapidez y que seguirás con tu propia vida. Eso es lo que deberías hacer. Es lo que debes hacer. Quiero que lo hagas, Miley.
Eso es una maldita mentira. Lo que quiero es volver a verte, tenerte en mis brazos, hacerte el amor una y otra vez, hasta haberte llenado tan completamente que no quede lugar en ti para nadie más que yo. Hasta que te conocí, nunca había pensado en la relación sexual como “hacer el amor”. Eso es algo que nunca te dije.
A veces quedo bañado en sudor frío por miedo a haberte dejado embarazada. Sé que debí decirte que si ése era el caso abortaras a mi hijo. Supe en Colorado que debía decírtelo, pero ¡Dios, no quería que lo hicieras, Miley!
Espera... se me acaba de ocurrir una solución en la que hasta ahora no había pensado. Sé que no tengo ningún derecho a pedirte que tengas a mi hijo, pero si estuvieras dispuesta, hay una manera de solucionarlo: podrías pedir una licencia y alejarte de Keaton. Yo me encargaré de que tengas dinero más que suficiente para compensar los sueldos que pierdas y para pagar todos tus gastos. Después, cuando nazca nuestro hijo, me gustaría que se lo llevaras a mi abuela. Si estás embarazada y estuvieras dispuesta a hacer esto por mí, yo le escribiría de antemano y le explicaría todo. A pesar de su multitud de defectos, esa mujer jamás en su vida ha evadido una responsabilidad, y se encargará de que nuestro hijo sea bien criado. Ella controla lo que habría sido una importante herencia mía; una ínfima parte de esa herencia será más que suficiente para pagar todos los gastos y la educación del bebé.
Tenías razón cuando me dijiste que no debí haberle cerrado la puerta a mi familia, ni quemado mis naves. Hay cosas que pude haberle dicho a mi abuela, aun después de irme de casa, y que habrían neutralizado el odio que sentía por mí. Tenías razón cuando dijiste que en mi juventud yo la quise y la admiré. Tenías razón en todo, y si ahora pudiera modificar las cosas, te aseguro que lo haría.
He decidido que te mandaré esta carta, después de todo. Es un error. Sé que lo es, pero no lo puedo impedir. Necesito decirte lo que debes hacer si estás embarazada. No soporto pensar que creas que no existe más alternativa que el aborto.
Es posible que estén vigilando la correspondencia que recibes, de modo que en lugar de utilizar el correo te haré llegar esta carta por otro medio. El hombre que te la entrega es un amigo. Se está arriesgando por mí, lo mismo que hiciste tú. Confía en Liam tan completamente como confiarías en mí. Dile si estás embarazada y lo que quieres hacer, para que él me lo transmita a su vez. Una cosa más, antes de que me apresure a ir al pueblo a tiempo para el envío semanal de correspondencia: quiero que tengas un poco de dinero para cualquier cosa que necesites o quieras. El dinero que Liam te entregará es mío, de manera que no tiene sentido que le discutas o te niegues a aceptarlo. Liam actúa Según mis instrucciones y las seguirá al pie de la letra, así que no lo hagas pasar un mal rato, mi amor. Yo tengo dinero más que suficiente para mis necesidades.

Ojalá tuviera tiempo de escribirte una carta mejor, o hubiera guardado alguna de las otras que te escribí, para poder enviártela en lugar de ésta. Eran todas mucho más coherentes. No te volveré a escribir, así que no esperes otra carta. Escribirnos significaría avivar las esperanzas y los sueños de los dos, y si no dejo de esperar, moriré de tanto que té deseo.
Antes de terminar... He visto en los diarios que Kostner está por estrenar una nueva película en los Estados Unidos. Si después de verla te atreves a empezar a fantasear con Kevin, te acosaré durante el resto de tu vida.
Te amo, Miley. Te amé en Colorado. Te amo aquí, donde estoy. Te amaré siempre. Desde cualquier parte. Siempre.

Miley habría vuelto a leer la carta, pero el torrente de lágrimas que derramaba le impedía ver, y las páginas se le deslizaron de los dedos. Se cubrió la cara con las manos, se apoyó contra la pared y lloró. Lloró de alegría, con una sensación agridulce y a la vez con una furiosa sensación de inutilidad; lloró por la injusticia que había convertido a Nick en un fugitivo y por su propia estupidez al haberse separado de él en Colorado.

En el living, Demi le hizo una pregunta a Liam en voz baja mientras tomaba la cafetera de porcelana, pero su mirada se dirigió a la puerta del comedor y, alarmada, alcanzó a ver la espalda de una mujer que lloraba.
–¡Mira, Liam! –exclamó, poniéndose rápidamente de pie para ir presurosa hacia el comedor. Hizo un gesto de compasión ante los sollozos desesperados de la dueña de casa, y apoyó las manos sobre los hombros de Miley.
–¿Puedo ayudarte en algo? –preguntó.
–¡Sí! –exclamó Miley con voz entrecortada–. ¡Puedes leer esa carta y decirme si es posible que alguien crea que ese hombre es un asesino!
Indecisa, Demi levantó la carta del piso y miró a Liam que se había detenido en la puerta.
–Liam, ¿por qué no nos sirves a todos un poco de ese vino que Miley nos ofreció hace un rato?

Liam demoró varios minutos en encontrar el vino, localizar un sacacorchos y abrir una botella. Estaba sacando vasos de un armario cuando Demi entró en la cocina. La miró sobre el hombro, con la intención de volverle a agradecer por haberlo acompañado, pero la expresión conmocionada de su mujer lo obligó a volverse, olvidando por completo los vasos.
–¿Qué pasa? –preguntó ansioso, estudiando las hermosas facciones de su mujer.
–¡La carta de Nick... ! –susurró ella, con los ojos llenos de lágrimas–. ¡Dios, Liam, esa carta es increíble!

Furioso con Nick por haber angustiado a su mujer, Liam rodeó con sus brazos los hombros de Demi, mientras tomaba la carta y la empezaba a leer con los ojos entrecerrados. Poco a poco su enojo se convirtió en incredulidad, luego en pena. Acababa de leer la última línea cuando Miley apareció en la puerta. Al oírla llegar, Demi se volvió, tomando el pañuelo que Liam le ofrecía para secarse los ojos.
–Ésta ha resultado una noche increíble... Lo siento, Miley –se disculpó él, estudiando la extraña expresión de la muchacha–. Estoy seguro de que Nick no debe de haber querido hacerla infeliz.

Por última vez, Miley consideró todo lo que estaría dejando atrás si ejecutaba el plan que acababa de concebir, pero su decisión ya había quedado tomada en el comedor. Luchó por mantener una apariencia de tranquilidad.
–Cuando Nick se ponga en contacto con usted, le pido por favor que le recuerde que yo fui abandonada por mi propia madre, y que le informe que me niego a traer un hijo a este mundo para que le hagan lo mismo que me hicieron a mí. –Y agregó con una sonrisa llorosa–: Le pido por favor que también le diga que si quiere que tenga su bebé, cosa que me gustaría mucho, lo único que tiene que hacer es permitir que me reúna con él en su exilio.
La última frase cayó como una bomba en la habitación y Miley vio que la expresión de Liam Farrell pasaba del asombro a la admiración, pero al contestarle midió con cuidado sus palabras para apagar su entusiasmo.
–No sé si Nick se volverá a poner en contacto conmigo, ni cuándo.
Miley lanzó una carcajada levemente histérica.
–¡Oh, sí! ¡Claro que se pondrá en contacto con usted... y muy pronto! –dijo con total seguridad, comprendiendo que su instinto nunca la había engañado con respecto a Nick y que si hubiera obedecido lo que le dictaba, probablemente habría podido convencer a Nick de que le permitiera acompañarlo a cualquier parte que fuera–. Se pondrá en contacto con usted enseguida, porque querrá conocer cuanto antes mi respuesta.
Liam comprendió que era probable que tuviera razón y ahogó una sonrisa.
–¿Hay alguna otra cosa que quiere que le diga cuando se ponga en contacto conmigo?

Miley asintió enfáticamente.
–Sí. Dígale que tiene un máximo de... cuatro semanas para llevarme hasta allí antes de que yo tome otras medidas. Y asegúrele que... –Vaciló, avergonzada ante el pensamiento de tener que decirle algo así a Nick a través de una tercera persona, pero decidió que con tal de que Nick escuchara esas palabras, el medio no tenía importancia alguna–. Dígale que yo también me estoy muriendo sin él. Y dígale que si no me deja ir a reunirme con él, malgastaré todo su dinero en veinticinco mil videos de la última película de Kevin Costner, ¡y que después me derretiré por él durante el resto de mi vida!
–Creo –dijo Demi riendo– que eso lo hará aceptar en el acto.
Enseguida se dirigió a Liam.
–¿Recordarás todo eso o quieres que tome algunas notas?
Liam dirigió una mirada de sorpresa a su mujer que en ese momento parecía tan empeñada en involucrarlo en la vida de Nick como había estado en tratar de impedirlo dos horas antes. Después se volvió y sirvió vino en tres vasos.
–Creo que esto merece un brindis –anunció, pasando los vasos–. Por desgracia en este momento me he quedado sin palabras.

–Pero yo no –dijo Demi. Levantó su vaso, miró a Miley y dijo, sonriendo con suavidad–: Por todas las mujeres que aman tanto como nosotras. –Enseguida levantó la vista para mirar a su marido y agregó–: Y por los dos hombres a quienes queremos.
Miley notó que Liam la miraba, sonriendo con orgullo y ternura, y en ese momento les tomó un cariño intenso. Se parecen a Nick y a mí, decidió. Eran un sinónimo de amor, compromiso y unión.
–Por favor, me encantaría que se quedaran a comer. No soy gran cosa como cocinera, pero quizá nunca volvamos a encontrarnos y me gustaría saber más acerca de... todo.
Ambos asintieron al unísono.
–¿Acerca de todo? –preguntó Liam con picardía–. Bueno, entonces supongo que puedo empezar con un análisis detallado de los mercados del mundo financiero. Tengo algunas teorías fascinantes sobre las posibles causas de la declinación de los mercados mundiales. –Rió ante la expresión de sorpresa de Liam–. O supongo que también podríamos hablar sobre Nick.
–¡Qué gran idea! –bromeó Demi–. Puedes contarnos a las dos algunas historias de la época en que eran vecinos.
–Empezaré a preparar la comida –dijo Miley, mientras se rompía la cabeza pensando qué podía servirles que ho significara tener que pasar mucho tiempo en la cocina y no poder participar en la conversación.
–No –dijo Demi–, enviaremos a Spencer a buscar una pizza.
–¿Quién es Spencer? –preguntó Miley, que ya tomaba el teléfono para encargar la pizza.
–Oficialmente, es nuestro chofer. Extraoficialmente, es un integrante más de la familia.
Media hora más tarde, los tres estaban cómodamente instalados en el living y Liam hacía lo posible por satisfacer la curiosidad de sus dos interlocutoras con versiones cuidadosamente censuradas de sus días de soltero como vecino de Nick.
Eran más de las once cuando, a regañadientes, los visitantes decidieron que había llegado la hora de irse. Miley se excusó y se encaminó a buscar algo a su dormitorio. Cuando volvió, con el suéter verde y los pantalones que había usado en el viaje de regreso desde Colorado, Liam y Demi la esperaban junto a la puerta de entrada.

Obedeciendo al pedido de su esposa de que la dejara hablar un instante en privado con Miley, Liam se despidió de la dueña de casa.
–Esperaré en el auto con Spencer mientras usted y Demi se despiden.
Miley se puso en puntas de pie para besarlo y él la abrazó con fuerza, sorprendido por el miedo que sentía por ella y por Nick.
–Por si eso la hace sentir mejor –dijo, aunque su buen juicio le aconsejaba que no lo hiciera–, mi corporación es dueña de una agencia internacional de investigaciones, y durante las últimas tres semanas los he estado haciendo investigar a todos los que estuvieron en Dallas trabajando en la película de Nick.
–¿Pero por qué recién ahora? –preguntó Miley. Al darse cuenta de que no había estado muy amable, se disculpó–. Lo siento... lo que acabo de decir es una grosería y además debe de considerarme una desagradecida.
Liam le sonrió y meneó la cabeza, admirando la lealtad de la muchacha hacia Nick.
–Más bien considero que lo dijo por desesperación y preocupación, no por grosería. Y la explicación es que antes del juicio Nick contrató a una agencia tan famosa como la nuestra, para que hiciera exactamente lo mismo, y ellos no pudieron encontrar nada que lo ayudara. Además, me dijo específicamente que no necesitaba ni quería que lo ayudara en nada, aparte de lo que me había encargado. Y considerando que su amor propio ya estaba hecho trizas por la publicidad, accedí a su pedido y permití que manejara su caso como quisiera.
–Y sus investigadores –dijo Miley con ansiedad, aferrándose al tono alentador que había creído percibir en la voz de Liam– han descubierto algo nuevo, ¿verdad?
Después de una breve vacilación, Liam decidió que, ya que Miley había decidido compartir el exilio de Nick, decírselo no podía causar ningún daño.
–En parte se refiere a Tony Austin –empezó a decir, pero Miley lo interrumpió.
–¿La mató Tony Austin?
–No dije eso –advirtió Liam con firmeza–. Si hubiera pruebas de ello, no estaría aquí, sino diciéndoselo a los aullidos a los medios, para que las autoridades legales no tuvieran más remedio que tomar medidas.
–¿Entonces qué descubrieron?
–Descubrieron que presumiblemente Austin mintió al declarar como testigo. Durante el juicio, afirmó que su aventura con Rachel databa de varios meses y que “estaban locamente enamorados”. La verdad es que él estaba involucrado también con otra mujer.
–¿Con quién? –preguntó Miley, sin aliento–. Ella pudo ser quien puso las balas en el arma por celos de lo que había entre Tony y Rachel.
–No sabemos de quién se trata. Lo único que conocemos es que dos semanas antes del asesinato un botones oyó una voz de mujer en la suite de Austin. Ese mismo botones acababa de entregar la cena en la suite de Nick, y Rachel le abrió la puerta, de manera que la mujer que estaba con Austin no era ella. Pero de todas maneras, no creo que ninguna mujer haya cambiado esas balas. Creo que fue Austin.
–¿Pero por qué lo cree?
–Posiblemente porque Nick siempre insistió en que Austin estaba involucrado, y ahora me he contagiado –admitió Liam suspirando–. La cuestión es que Rachel no hubiera podido mantenerse y también mantener en gran tren de vida a Austin a menos que siguiera trabajando y consiguiera que las cortes de California le decretaran el divorcio obligando a Nick a pagarle una fuerte suma de dinero. Pero Rachel nunca fue una de las estrellas favoritas del público, a menos que Nick la dirigiera, y desde el momento en que la prensa publicara que había sido sorprendida siéndole infiel, su popularidad decaería, junto con sus posibilidades de ganar dinero. Ahora que sabemos que, mientras tenía una aventura con ella, Austin salía también con otra mujer, no parece demasiado probable que sea cierto su testimonio de que estaba loco por Rachel. Eso nos deja la posibilidad de que su principal interés por ella haya sido económico, y que cuando las posibilidades económicas de Rachel desaparecieron, al ser descubierta con él en la suite de Nick, haya decidido librarse de ella. También es posible que nunca haya tenido intenciones de casarse con Rachel, y que la haya matado porque ella lo presionaba. ¡Quién sabe! Es más, Austin es el único que controló físicamente el arma mientras duró la filmación. Aunque Nick no hubiera modificado el guión, para que fuera Austin y no Rachel quien disparara el primer tiro, Austin tenía fuerzas más que suficientes como para asegurarse de que el arma estuviera apuntando a Rachel y no a él, en el momento del disparo.

Miley se estremeció ante la macabra conversación y sus verdaderas implicaciones.
–¿Y Nick está enterado de esto?
–Sí.
–¿Qué dijo? Es decir, ¿está excitado o feliz por el asunto?
–¿Feliz? –preguntó Liam con una carcajada amarga–. Si usted hubiese sido condenada por un crimen que no cometió y se hallara completamente imposibilitada de alterar la situación, ¿cree que le haría feliz descubrir que la persona a quien más desprecia en el mundo es probablemente el culpable de todo lo que le ha sucedido? Además, hay otra complicación –agregó–. También descubrimos algunos datos de menor importancia acerca de otra gente que estaba en el set de Dallas, que podrían señalarlos a ellos en lugar de Austin.
–¿Qué clase de información?
–Para empezar, años antes. Diana Copeland tuvo una aventura con Austin, que supuestamente había terminado. Sin embargo, ella todavía estaba lo bastante celosa de Rachel como para que, después que terminó el juicio, le dijera a quien quisiera oírla que se alegraba de que Rachel hubiera muerto. Tal vez sus celos hayan sido bastantes como para causarle la muerte. 

Después está Emily McDaniels, que debió ser sometida a toda clase de medicaciones durante un año después del asesinato, cosa que parece una reacción bastante excesiva por parte de una persona que supuestamente no fue más que un testigo presencial e inocente. Tommy Newton, el asistente de dirección de la película, tampoco logró sobreponerse hasta mucho tiempo después, aunque nadie ignora lo que él sentía por Austin. Así que ya ve –terminó diciendo en tono sombrío–, son nuevas evidencias que señalan simultáneamente a todo el mundo y que, por eso mismo, resultan inútiles.
–¡Ah, pero no necesariamente debe ser así! Es decir, tiene que existir una manera de lograr que la policía, o el fiscal del distrito o quienquiera esté a cargo del asunto, se vea obligada a investigar esas nuevas pruebas.


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ya saben quien es el asesino/a les doy una pista Nick no es hahahhahhahhahahah



2 comentarios:

  1. hahhah bitch eso me confundio mas, me tienes que explicar, hahha desde un principio sabia que Nick no era el asecino asi que no hay nada nuevo

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  2. awww me encantooooo me confundi un poco pero luego comprendi que nick no era el asesino jajajaja eso ya lo sabia pero quiero saber que fue lo que paso ese dia y quien fue en verdad y miley esta embarazada o no? todas esa cosas quiero saber sube otro capis pronto plis!!!!!

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